Ahora grabarás

1343 Words

Ella se puso en cuatro, fue una imágen magnifica. Me encantó ver cómo su concha mordía un poco la tela de la tanga. Fue como si la tanga dijera: “No puedo cubrir todo esto, es demasiado”. Sin embargo, yo no me moví de mi lugar. ―¿Qué pasa, Mateo? ―Preguntó Camila―. ¿Ahora me vas a decir que te da vergüenza? Ni siquiera es la primera vez que hacemos fotos así. ―Sí, y ese es el problema. ―Ella se sentó y me miró a los ojos―. No te ofendas, Cami; pero no creo que a Amelia le entusiasme mucho recibir fotos idénticas a las de la última vez. ¿No te acordás que lo hicimos? Hasta me pediste que presionara un poco contra la concha, porque eso a Amelia le iba a gustar. ―Sí, sí… tenés razón. Intenté alejar de mi cabeza todos esos detalles, pero tenés razón. Ya lo hicimos. Conozco bien a Amelia. N

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