Perdón, hijo

1792 Words

―Es la mejor forma, mamá. ―¿Por qué? ¿Acaso él no tiene manos para hacerse la paja? ―Sí, pero no sirve de nada que lo haga él. Mateo ya está acostumbrado a sentir su propia mano. Para ganar resistencia, necesita un estímulo más potente… necesita que otra persona lo toque. Porque es fácil posponer el orgasmo si podés detener la masturbación; pero si te toca otra persona, no tenés el control. Si no estuviéramos en cuarentena, no descansaría hasta que Mateo encontrara una “amiguita” que lo ayude con este asunto. Pero si querés le puedo decir a una amiga que venga... ―No, ni hablar. A la casa no entra nadie ―dijo mi mamá, con determinación. ―Entonces esta es la única opción que tenemos. ―Pero… sos la hermana, Milagros. ―Sí, lo sé. Y te juro que, de existir otra opción, yo ni siquiera p

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