―Que yo esté presente cuando saquen esas fotos. Me voy a quedar mucho más tranquila si puedo… em… monitorear lo que hacen y cómo lo hacen. Pao y yo intercambiamos miradas, al parecer a los dos nos tomaron por sorpresa las palabras de nuestra madre. ―A mí me parece un trato justo ―dije, para romper el silencio. ―¿Te parece? ―Preguntó Pao. ―Em… sí. Así ella se va a quedar más tranquila. Para que vea que en realidad no es para tanto. Una vez más confié en que mi mamá tuviera la amplitud mental suficiente como para soportar esta situación. ―Está bien ―dijo Pao―, pero mi condición es que las fotos se sacan sí o sí. Aunque a vos no te guste lo que hay que hacer. Ah… y de lo que pasa acá… ni una palabra a nadie. Ni siquiera se lo conté a Milagros. Ustedes son los únicos que lo saben, y m