Últimamente ocurrieron muchas cosas extrañas en mi casa, la cuarentena nos está afectando mucho y de una forma inesperada. En lo más alto del ránking de estos sucesos extraños se encuentra la “charla” que tuve con mi mamá en su baño, y lo que estoy viendo ahora mismo. Tamara estaba prácticamente sentada sobre la cara de su hermana… es decir, de mi mamá. Tenía la concha abierta y seguía masturbándose, por el brillo de sus ojos me di cuenta de que estaba muy excitada. Pero había algo más: una sonrisa cruel, como de villana de cine; de esas que saben que son malvadas, y lo disfrutan. Estaban en medio de una discusión y mi tía tenía intenciones de contarme algo sobre un método que ella solía emplear cuando discutía con su hermana. Por la dirección que habían tomado los sucesos, sabría que se