—Mi novia se toca la concha mientras duerme… —dijo el jovencito que parecía estar de pie junto a mi hijo mientras su amigo no dejaba de ensartarme una y otra vez por el culo— a veces se despierta toda mojada y ni siquiera se acuerda por qué. —Seguramente será porque soñó conmigo –el chico que me culeaba se burló de su amigo sin dejar de moverse. Su respiración se volvió más agitada mientras mi conchita me castigaba con un espasmo que apenas pude disimular, ellos ignoraron mi gemido, tal vez estaban fascinados por la forma en que yo expulsaba toda esa cantidad de líquido. La última vez que había acabado de esta manera fue la primera vez que experimenté analmente con mi consolador, luego no pude repetirlo, por más que fui dura conmigo mismo, pero este pendejo había logrado hacerlo… aunque