Problema tras problema

927 Words

―Em… Brenda… ¡qué sorpresa! ―dije, mirando hacia el interior de la habitación. Fue un movimiento poco sutil, pero efectivo, con esto le comuniqué a Priscila que estábamos metidos en un lío. En uno bien grande. Mi hermana saltó de la cama y arrojó los consoladores dentro de cajones, luego se puso una remera vieja y estirada que por lo general usa para dormir. Su atuendo no era muy diferente al de la misma Brenda, incluso podía ver su concha asomando de la misma manera. La principal diferencia radica en el tamaño de las tetas, las de Brenda apenas son pequeñas lomas y sus pezones se marcan en la tela. Lo de Priscila es un efecto mucho más… pornografíco. Sus grandes tetas estiran la tela de la remera hasta su límite e intentan escapar por el amplio escote en V. Priscila se apresuró y asomó

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