―Excelente. ¿Con cuál querés empezar? ―Em… con este, es el más chico de los dos. Abrió una caja y del interior sacó un extraño juguete que en un extremo parecía un grotesco dedo deforme doblado en la punta, y debajo tenía un bulbo que se ensanchaba y luego volvía a estrecharse. Finalmente, la base tenía forma de medialuna, entendí que eso servía para sujetar con firmeza el juguete… y para que esa parte quedara del lado de afuera y no molestara demasiado. ―¿Ese es el que vibra? ―Pregunté. ―Sí… y me da un poco de miedo, tiene una forma muy extraña. ¡Ay… la batería está cargada! ―El aparatito comenzó a emitir un zumbido. ―¿Cómo lo prendiste? ―Abajo tiene un botoncito ―ella volvió a apretarlo con fuerza y el juguete dejó de vibrar. ―¿Ahora sí querés que te deje sola? ―No, ni hablar. Si