De pronto ella tuvo un pensamiento aterrador y preguntó: —¿Está... pensando en... irse? —¿Te importaría si lo hiciera? —Ya sé que usted tendrá que... irse... tarde o temprano. ¡Al mismo tiempo..., va a ser muy... difícil volver al... tipo de vida que llevábamos... antes de que usted viniera… al Castillo! Se hizo un profundo silencio. Entonces Minerva advirtió que el Conde no la estaba mirando, sino que veía hacia adelante, como si estuviera pensando. Tras un largo silencio, el Conde dijo: —Eso es algo más que discutiremos mañana. ¡Buenas noches, Minerva! Había una tonalidad en su voz que hizo comprender a Minerva que no quería decir nada más. Extendió entonces la mano y, para sorpresa suya, él la levantó y se la llevó a los labios. —Eres muy hermosa— dijo—, demasiado hermosa para l
Download by scanning the QR code to get countless free stories and daily updated books