CAPÍTULO III-3

1374 Words

Estaba seguro de que eso era lo que la Marquesa se decidiría por hacer. Acaso sería más inteligente, y parecería más natural, que él se quedara cuando menos un día más. Apagó las velas, que ya estaban muy bajas de luz en el candelabro de cristal que se encontraba en la mesa, junto a él. Cuando entró en el dormitorio, con la mano levantada para deshacer el nudo de su corbata, advirtió repentinamente que allí había alguien. Debido a que no había llamado a su ayuda de cámara, sólo ardían dos velas junto a la cama. Considerando el ancho y el alto del dormitorio, resultaba una iluminación muy inadecuada. Sin embargo, percibió la figura de un hombre joven, no muy alto, pero sí muy delgado, que se encontraba allí y estaba, para asombro del Conde, enmascarado. Por un momento, el Conde y el i

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