•Anillo de boda.

1399 Words
Matenme, por favor háganlo. Son apenas las diez de la mañana, anoche por hacerme la cantante con Steven me dormí super tarde. Obviamente me quedé dormida, Britney se enfadó conmigo, tuve que prepararme a las corridas y apenas logre dormir tres malditas horas. —Y por eso, queridos querubines, es importante participar en esta obra —el profesor hippie esta dando un discurso de los puntos extras y toda esa mierda. Logre convencerlo de que me deje en el equipo técnico, si bien estoy contenta con que la obra no sea la mierda de Romeo y Julieta, no siento que sea la persona más adecuada para actuar en una obra escolar. —¿Te estás durmiendo? —Fred me codea despertándome abruptamente. —Sh, déjame descansar mi vista, Fredekson —aparto su cara hacia un costado con mi mano. —Me llamo Frédéric, Fred para ti —pellizca mi nariz poniéndome de malhumor. A unos cuantos asientos está ubicado Steven, duerme apoyado sobre el hombro de una chica de teatro, no recuerdo su nombre a decir verdad. —Recuerden, el estreno es dentro de dos semanas. No quiero ni acepto errores en esta presentación —el hippie aplaude cerca del rostro de Steven despertándolo de un susto —También recuerden que dormir en mi clase les restará seis puntos de la nota del semestre. Noah lo mira perplejo sin entender que carajos sucede, los demás solo ríen. La campana suena, salimos con los chicos del teatro en modo zombie, bueno, Steven y yo más que nada. Voy caminando apoyada sobre el hombro de Fred arrastrando mis pies con ganas de morir. —Oye, hable con mi hermano. El puede darte una mano con lo de remodelar el sótano. No te cobrará caro porque eres amiga y si te parece puede iniciar hoy —sonríe Mars. —Si esta bien, luego de clases podemos ir a casa. Susan estará sorpresivamente vigilandonos. Camino a las gradas pasamos por la cafetería a buscar algo de comida, como siempre no hay una mierda en este lugar pero para mi suerte aún me queda medio paquete de patatas fritas en mi mochila. Los chicos convencieron a la cocinera que les de algunas porciones de pizza fría. En el campus ya están entrenando las porristas dirigidas por Britney. —Tu hermana lo hace muy bien —comenta Fred. —Es buena líder —apoya Noah. —Si como sea, me da lo mismo. Britney nos ve a la distancia pero finge no hacerlo, la vice capitana del equipo esta con su celular hablando un tanto irritada e ignorando por completo el entrenamiento de sus acróbatas. —Dicen que Hallie esta así de estresada porque vuelve la capitana —Pit me roba una patata. —¿Está en una competencia de no se que mierda, verdad? —pregunto golpeando la mano de Harrison. —Una internacional de acrobacias —confirma Fred—. Pero algo me dice que cuando vuelva se llevará una gran sorpresa. Supongo que si, Britney literalmente tiene planeado asaltar su reino de piruetas mortales y piernas flexibles. —Si, créeme que será una gran sorpresa —de repente se oye la voz de Noah, habla mirando a la nada como si estuviera reflexionando sobre algo o pensativo. Los cuatro seguimos comiendo haciendo tiempo en lo que suena la campana y nos toca volver al salón de clases. Antes de separarnos los chicos prometen salir de la escuela e ir junto conmigo a casa para esperar al hermano de Fred. Luego solo nos despedimos y cada quien tomó rumbo a la clase que le correspondía. [***] —Creo que Brad se extravío —Fred escribe apurado en su teléfono. Su hermano debió haber llegado hace ya quince minutos. —Oigan, quedaron algunas cajas abajo, si quieres ve con Peter a buscarlo y tú, flojo, ayúdame con las cajas que quedaron. Steven me sonríe y se encamina al sótano, los otros dos se marchan así que voy detrás de Noah. Quedaban tres cajas una de esas es la que escondí en mi habitación, luego de leer varias páginas más de aquel libro decidí que mejor lo tiro a la basura. Me da mala espina y tuve pesadillas por eso no logré dormir bien anoche. Bueno, eso y que le canté a Steven para que se duerma. —Estoy que me duermo de pie —el castaño tiene dos grandes ojeras debajo de sus ojos—, agradezco que hoy no entrenamos. —Eso te pasa por andar hasta altas horas de la madrugada pidiendo que te canten por w******p. Noah me mira divertido y podría decir que un poco sonrojado. —Cantas muy bien como para la voz que tienes. —¿La voz que tengo? —Si, pareces mi abuelo Epitaño cuando hablas. Ese señor murió por cáncer de pulmón de tanto fumar —me mira asombrado—, tu voz me recuerda a él. Mantengo mi boca semiabierta por su repentino comentario. Estoy ofendida la verdad. —Qué lindo detalle que compares mi voz con la de tu difunto abuelo difonico —automáticamente le doy un bofetazo en el brazo—, idiota. Steven comienza a reírse por mi indignación ante su mal chiste sobre mi voz, maldito engendro mal agradecido, la próxima le cantaré la canción de Freddy Cruger. —Es broma Tyson, no te enfades —pellizca mi mejilla. Luego de una intensa guerra de miradas comenzamos con la mierda de mover cajas, quedaba solo la que yo escondí en la habitación así que solo la tomé en mis brazos para salir de aquel sótano y ver si el hermano de Fred ya llegó. Camino unos pasos cuando la maldita caja se desfonda y todo lo que había allí adentro cae a mis pies desparramandose por el suelo. —Qué porquería —suspiro cansada y pateo la caja rota a la otra punta de la habitación. Noah mira frustrado todo el desorden que provoque sin querer. —Y yo que creí que dormiría temprano hoy. Le pido si por favor puede buscar una caja nueva en la cocina, recuerdo haber visto una de las expensas de esta semana. Noah accede sin problema y mientras me dispongo a juntar el desorden que provoque. —Caja de porquería... Tomo el libro, las fotos, algunas baratijas que no había visto que estaban en la caja, algunos cuadros y porquerías random que tampoco había visto y las apilo en el suelo. Una cajita dorada logra captar mi atención así que la tomo y la abro para ver que contiene. Al ver lo que había dentro de ella un escalosfrio me recorre la espina dorsal, reconozco casi al instante lo que hay en su interior. Aquella cajita dorada estaba deteriorada por los años y la humedad, supongo que debe ser por eso, pero dentro de ella se encuentra resguardado un anillo, una alianza. En eso Noah aparece en frente mio con la caja, pero ak ver mi cara de perplejidad se arrodilla en frente de mi posando su mano en mi hombro. —¿Estas bien? —pregunta. No, no lo estoy a decir verdad. Siento que mi presión arterial bajó, estoy un tanto mareada y confundida, siento mis ojos llenándose de lagrimas, creo que me esta por dar un episodio de ansiedad fuerte. Dentro de esa maldita cajita dorada se encuentra la alianza de compromiso que usaba mi madre cuando estaba casada con Mateo, mi padre. Sé que es la de ella, por que la piedra brillosa que lo adorna es una amatista, un pequeño trozo de amatista que era la piedra favorita de mi madre. Al revisar el interior del anillo estaba grabada la frase que mi padre mandó a tallar en aquella pequeña alianza. "Eres tú" Recuerdo haberle preguntado a mamá que significado tenía esas dos breves palabras, ella me explicó que cuando papá le pidió su mano le dijo "Eres tu" refiriéndose a que ella era "la mujer de su vida". Por eso el mando a grabarla en la alianza. —Noah, es la alianza de mi madre. No entiendo como llegó a esta caja, a este sótano, entre cosas abandonadas que no son de nuestra pertenencia. No es un anillo cualquiera, no es una casualidad o una confusión. Esta alianza es única porque fue personalizada, es la alianza de mi madre y no tengo una sola duda respecto a eso.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD