Alison —¡Alison, reacciona! —el murmullo de su atemorizada voz me hizo abrir los ojos. En un segundo, Abiud me sostuvo logrando subirme hasta que los dos caímos en el piso del balcón en lo que escuchábamos la puerta de la habitación de Ramiro abrirse, Rosario le dijo que dejara su paranoia y volvieron a entrar asegurando la puerta. —Escogiste el peor momento para hacer eso y dejarnos expuestos —riñó Abiud con agitada voz mientras mi corazón quería salirse por mi garganta. —Lo sé, esta vez me hago cien por ciento responsable, aunque al menos ya sabes qué tipo de estupideces puedo hacer en el balcón —ambos soltamos una risa nerviosa en lo que él negaba con su cabeza. —¿Cómo puedes decir tantas tonterías incluso en momentos como este? —Es mejor eso que volverse un mar de nervios. Nos p