1. EL FIN…
Podría renegar por todas las lágrimas que derramé en mi vida, podría renegar por las malas experiencias vividas y las personas que tanto daño me han hecho con los años, pero si hay algo de lo cual no puedo renegar es de todo lo bueno que vino con el tiempo.
Jamás imaginé que en medio de mi penuria habría tanta fortuna, no de dinero, propiedades o algo similar, sino la fortuna de tener una familia que se construyó con el tiempo, los hechos y las calamidades, una familia que ahora significa todo para mí, una familia que tenía en frente manchados de sangre, tierra y cenizas con el miedo a flor de piel, con la muerte rondándonos mientras unos levantan con firmeza sus armas contra todos, esto es una ruleta rusa y nosotros estamos en ella.
—Luz, pase lo que pase, no olvides que te amo.
—Luz, jamás podría tener una mejor hermana que tú.
Dos voces, dos hombres, dos frases que se alojaron en mi pecho al igual que las balas que salieron disparadas por el lugar que nos encontramos el cual se desmorona entre las llamas.
Al primer disparo todo sonido se fue y solo mis ojos pudieron percibir la horrible tragedia frente a mí, el cómo corrían algunos buscando refugio, el cómo las manos armadas buscaban las vidas que huían desesperadas.
¿Cuánto odio puede haber en la voz y el corazón de cada uno de ellos… de nosotros?
¿Por qué debía terminar todo en sangre, o más bien, cuánta sangre más exigirá Farehya hasta dejarnos en paz a todos aun después de su muerte? Porque si hay alguien a quien debería culpar de la horrible tragedia que todos sin excepción vivíamos ahora mismo, es a ella, Farehya de Qattan, una mujer cuyo corazón estaba podrido y no le importó llevarse las vidas que fuesen necesarias y bañarse en la sangre de inocentes con tal de que nadie fuese feliz… nadie excepto ella…
Ahora no había escapatoria, solo teníamos un destino incierto siendo la muerte el resultado más probable, pero al ser la sangre que mancha mi cuerpo y la de las personas que amo la última imagen que veo antes de caer, antes de que todo se oscurezca de a poco y mis fuerzas se desvanezcan siendo sus ojos llenos de lágrimas los que me suplican una cosa… la misma que le pido a él… la misma que no sé si tendremos… ahora sé que es el fin de nuestra historia.