Abiud Salí rápidamente con la esperanza de que Alison ya hubiese regresado, pero al abrir la puerta, lo encontré en la tina que estaba en mitad de la habitación con dos rodajas de pepino en los ojos, música y una copa de vino tinto en la mano. ¿Acaso crucé a un mundo paralelo, o me equivoqué de habitación y ese no es Alison sino alguien más? —¿Alison? —¿Sí? —¿Qué haces? —Rejuveneciéndome. Recién acabo de volver del spa donde me hicieron un increíble masaje, me colocaron una mascarilla corporal de chocolate, estuve en el sauna y ahora degusto mi vino de cortesía en esta increíble tina que no había estrenado —respondió con el mayor deseo del mundo sin dejar de “verme” con las rodajas en los ojos y dándole un trago al vino cual diva. —¿Te encuentras bien o esto es otra forma de expre