Capítulo 4

2301 Words
VITOR FERRARI Cuando llego a casa, voy directamente a su oficina, entro, y la mirada que me da me deja ver que lo que dicen los medios es verdad, él me está buscando una novia. —¡No puedo creer que estés pensando en hacer esto conmigo! —exclamo en cuanto pongo un pie en su despacho. —Te lo dije, Vitor, que te haría volver por buen camino —dice como si fuera lo más normal del mundo. —No me voy a casar, papá —me niego y él sonríe. —Sí, lo harás, y ya te he conseguido una esposa —confirma mirándome de manera desafiante. —¿Estás loco, papá? —pregunto indignado y me arrepiento al instante. —Nunca, Vitor, estoy en mi sano juicio, y la próxima vez que me llames loco no querrás verme enfrente tuyo, te daré la paliza que no te di cuando eras un niño —dice tan irritado que noto que fui demasiado lejos. —Lo siento, papá, pero si es por mis asuntos, pararé —digo con voz temblorosa, y él se ríe con amargura. —Ahora es tarde, la boda va a suceder. Lo único que te puede decir es que ella es muy hermosa —argumenta. —Me importa un comino que sea hermosa, no me voy a atar a nadie —contesto frunciendo el ceño. —Vitor, te vas a casar y eso está decidido —ordena, convencido. —Papá, yo... —comienzo a decir, pero me interrumpe. —Te vas a casar y no quiero saber más nada. Stefany es una buena chica, solo cometió algunos errores en la vida siendo influenciada por su madre —habla y yo me extraño. —¿Quién diablos es Stefany? —pregunto. —Hija de un amigo mío. Su padre también está tratando de arreglarla, así que creo que será un buen comienzo para ustedes, ya que ambos necesitan crecer —dice. —¿Qué hizo esta mujer para que su padre permita esta locura? —quiero saber, irritado. Está situación me está volviendo loco. —Mira aquí —me entrega el periódico. Veo que acusó a su cuñada de robo, cuando la chica no robó nada y aún dice que ella es una niña rica fresca y arrogante. —No puedo creer que quieras que me case con una mujer como ella —expreso con tono resignado. —Te casarás con ella, Vitor. —Nunca lo haré —digo y mi padre se levanta. —Entonces, te estaré sacando de la silla de CEO a partir de hoy —habla con total tranquilidad. —¿Qué pasa, papá? ¿Después de todo lo que hice por nuestra empresa? Soy una gran CEO y sostengo los negocios de la familia con gran poder y tú lo sabes. Sí, soy mujeriego, pero no necesitas forzarme a que me case con alguien que ni siquiera conozco, y nunca dejaré que los medios sepan que me estoy casando con una mujer como ella. Papá, eso es vergonzoso, ¿ves lo que hizo? Acusó a alguien de robo sabiendo que era inocente —pronuncio todo de una vez y mi padre solo me mira. —Stefany cometió un error y creo que lo reconoce ya que su padre le quitó todo. La chica está en una universidad inferior a la que estaba y, además, sin ningún lujo. Creo que necesita empezar de nuevo y tú, hijo, puedes ayudarla —afirma él, y yo me río, pero no hay alegría en ello. —Está bien, me casaré con ella, pero los medios no pueden saberlo y además verás que este matrimonio no durará porque nunca le enseñaré nada y pronto verá que cometió el peor error de su vida. Nunca seré fiel y, si es por eso que me estás casando, olvídalo, sabes que no tengo corazón, así que no me vengas con eso —digo y salgo de la oficina sin esperar respuesta. Esta conversación fue hace dos años y lamento no poder seguir posponiendo este matrimonio. Y llegó el día en que hice algo de lo que no me siento orgulloso en absoluto, humillé a mi esposa en nuestra boda, no bailé con ella sino con Bianca y la vi salir de la fiesta y no fui tras ella inmediatamente, ni pensaba hacerlo, pero mi padre estaba indignado y solo por eso fui a buscarla. Bianca simplemente se pegó a mí y acabó saliendo conmigo del salón para encontrarnos con Stefany. Terminé peleando con mi esposa el primer día y, en realidad, era lo que quería, que mi padre viera la mierda que hizo. Alquilé una casa para que Stefany viviera en la periferia de la ciudad, no uso su dinero para nada y ella no usa el mío. Creo que puede usar el dinero del padre como dije, ya que ella también es millonaria, cada uno se las arregla como puede y yo sigo mi vida como siempre quise, soltero. Mi padre discutió mucho conmigo al principio porque notó que nunca estaba con mi esposa, no sabe que vivimos en casas separadas y simplemente digo que está indispuesta, que peleamos mucho que es insoportable y que por eso no puede aparecer cuando hay alguna reunión familiar. Mis hermanas se extrañan, pero no dicen nada, ni siquiera estaban a favor de que me casara y menos con alguien como Stefany, mientras que mi padre se traga su orgullo, ve el sitio de noticias y digo que mi esposa está al tanto y que tenemos una relación abierta en esa parte. Sé que no le gusta, pero no se mete. Ya han pasado algunos meses desde que estoy casado y apenas recuerdo eso, porque nunca he vuelto a ver a mi esposa desde el día de nuestra boda. Bianca sigue siendo mi secretaria y, por supuesto, tenemos relaciones sexuales e incluso la comparto con mis amigos leales, pero últimamente ella quiere algo más serio de mí y ya le he informado que no puedo darlo y que estoy casado. Ella siempre supo que nuestro negocio era solo sexo. Estoy abrumado de trabajo cuando mis dos amigos simplemente invaden mi oficina y me preguntan si Bianca está en la recepción, ya que normalmente ella avisa. —Vitor, vamos a una discoteca en el centro de la ciudad hoy —dice Guilherme emocionado. —Estás trabajando mucho y necesitamos desestresarnos —comenta Rafael y yo estoy de acuerdo. —Realmente lo necesito, esto está siendo un fastidio —afirmo con tono irritado. —¿Tu padre todavía no sospecha que no estás viviendo con tu esposa? —interroga Rafael y lo miro con ojos entrecerrados. —Ella no es mi esposa —digo irritado. —No es lo que dicen los papeles —Guilherme siempre dice eso para molestarme. —Que se vayan a joder esos papeles —replico, frustrado. —¿Por qué no le dices a tu padre que este matrimonio fue un error? —interroga Guilherme como si no lo hubiera hecho. —Ya lo he dicho tantas veces, pero él no me escucha. —Sabes que lo que hiciste con ella el día de la boda no tiene perdón, ¿verdad? —Rafael habla. —No quiero perdón de nadie —digo. —Es bonita —comenta, y solo lo miro. —¿Qué pasa? —inquiere—. No quieres nada con ella, pero tienes que admitir que es hermosa y espero que no te arrepientas de lo que hiciste. —Lo observo aún más irritado. —¿De qué lado estás, Rafael? —pregunto. —Soy tu amigo y tengo la obligación de avisarte cuando haces algo mal, y lo del matrimonio fue horrible, me dio pena por ti, pero ya que no te importa, no digo nada —contesta y, cuando voy a responder, somos interrumpidos por Bianca. —Buenos días, chicos —saluda Bianca entrando con un vestido muy corto y tres tazas de café. Los dos idiotas se emocionan. —Buenos días, Bianca —dicen al unísono. —Les traje café —dice y nos lo entrega, noto que levanta bien el trasero en mi dirección. —Vamos a una discoteca hoy, ¿quieres venir? —pregunta Rafael. —No me lo perdería por nada —replica, y suena demasiado seductora. —Si no hubiera cámaras en esta oficina, nos divertiríamos mucho juntos —comento y ella sonríe. —Estoy segura de que esta noche no faltarán oportunidades —dice y sale de la oficina. Termino de hablar con mis amigos y pronto se van. Termina el día y voy a mi apartamento para cambiarme. Después de arreglarme, paso por la casa de mis amigos y vamos a la discoteca. Allí encuentro a Bianca y, por supuesto, se pega a mí como siempre. Para ser honesto, no me molesta porque me gusta tener sexo con ella. Estoy distraído tomando una bebida en el bar, está lleno aquí hoy. —Vitor, hoy voy a volverme muy loco —habla Rafael bebiendo todo y me río. —Nosotros también —digo vaciando un vaso de whisky en mi boca. —Hermano, necesito tener sexo —Guilherme habla. —Todos lo necesitamos —indico. Estoy hablando con Bianca y mis amigos cuando alguna fuerza del universo me hace dirigir mi mirada hacia la entrada del salón por una fracción de segundo. Veo a alguien que nunca pensé encontrar aquí hoy, me quedo paralizado mirando y creo que ella también, porque ninguno aparta la mirada. Mis amigos miran en la misma dirección, seguidos por Bianca, y creo que también están sorprendidos. Stefany está justo frente a mí, nunca he sido de fijarme en ella, pero es imposible hoy, porque está hermosa y con un vestido extremadamente corto. —¡Joder! ¿Esa no es tu mujer? —pregunta Rafael y estoy paralizado viendo cómo ella simplemente aparta la mirada y se va al otro lado de la pista de baile con otras dos chicas. —Ella no es su esposa. —Escucho a Bianca hablar. —No es lo que dicen los papeles —la contradice Guilherme, sé que lo hace para provocar. —Es muy bonita —comenta Rafael, y salgo de mis pensamientos. —Quédate en tu lugar —digo y ni siquiera sé por qué su comentario me irritó, creo que es por el papel que fui obligado a firmar. —Tranquilo, Vitor, no necesitas estresarte. Además, nunca la quisiste como esposa y parece que ella está muy bien sin ti —articula y yo solo lo miro con la mandíbula apretada. —Agradecería que ustedes cuiden de sus vidas —expreso poniendo los ojos en blanco. Termino pasando toda la noche observándola, incluso cuando ella me ignora, es como si yo no existiera, como si nunca me hubiera visto, no me conociera. Veo cómo baila, noto que lo hace muy bien. Por un instante presto atención a otra cosa, pero cuando me doy cuenta, un chico se acerca a ella y eso me molesta de una manera increíble. Bianca se acerca para estar conmigo, pero yo no estoy de humor, así que la rechazo de inmediato. La veo muy molesta, pero no me importa. Mis ojos solo se fijan en un lugar. El hombre que se acercó a ella comienza a abrazarla por detrás y empiezan a bailar demasiado pegados. Siento algo extraño en mi interior y esto se incrementa cuando los veo besándose. Salgo de mi lugar con tanta ira que no sé de dónde viene, me olvido de todo, la rabia consume mi sangre y sube a mi cabeza, solo siento cuando mis amigos me agarran y me impiden hacer la peor tontería de mi vida, pelear por una mujer que poco me importa. —Joder, Vitor, no tienes nada con ella excepto un papel firmado por ambos, así que deja que la mujer se divierta al igual que tú te diviertes —habla Rafael con irritación. —Vitor, para con eso, ella no te debe explicaciones ni tú a ella. ¿Quieres aparecer mañana en los medios y que todos descubran que estás casado? —Guilherme pregunta. —Sabes que ella es mi esposa, ¿verdad? —digo y, joder, ¿por qué estoy así? No lo entiendo. —No, ella no lo es —expresa Bianca—. Es solo una mujer que fue obligada a casarse contigo, de la misma manera que tú también lo fuiste, y creo que esto ya ha durado demasiado tiempo. —Suelta un bufido. —No busques problemas, eso no te va a ir bien, tu padre lo verá y descubrirá todo —manifiesta Rafael ignorando a Bianca. —Tienen razón, me voy —digo con enfado. —Vitor, nosotros... —comienza a decir la pelirroja, pero la interrumpo. —La noche ha terminado para mí, Bianca, y nuestra maldita cita de tres está cancelada, pueden divertirse ustedes dos. Salgo del club furioso, llamo a un taxi para ir a mi casa, porque sé que he bebido demasiado y todavía estoy molesto, sé que puedo causar un accidente en el tráfico y prefiero ser responsable. Cuando llego a mi apartamento, sigo recordando lo hermosa que estaba mi mujer y, no sé por qué, pero una cosa no sale de mis pensamientos, ¿Stefany se fue a algún motel con ese chico cuando me fui? Me ignoró toda la noche y creo que esa es mi revuelta, porque ninguna mujer nunca ha hecho eso, simplemente fingió que no me conocía, se quedó con otro frente a mí. Estaba tan perdido en mis pensamientos que no sé cuándo me dormí, lo último que recuerdo es estar acostado en el sofá y pensando en hacer una pequeña visita a mi querida esposa. Solo para recordarle que estamos casados.
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