Capítulo 3

1687 Words
Vitor Ferrari **Hace 2 años** —Estoy parado en el balcón de mi apartamento viendo la vista de la ciudad. Londres es una ciudad hermosa y solo de pensar que tengo que irme de aquí me siento mal. Mi padre es un gran CEO de la red farmacéutica y yo voy a ocupar su lugar, ya que él está a punto de jubilarse. Siempre estuve preparado para este momento, pero para ser honesto, no quería nada de esto. Me gusta vivir viajando y seguir mi vida así, pero las responsabilidades me llaman. Tengo dos hermanas, Suzan y Diana, y daría mi vida por ellas. Jamás permitiría que alguien les hiciera daño. Son simplemente encantadoras cuando quieren algo, sí, ¡cuando quieren! Estas chicas me vuelven loco, ambas sin juicio ocasionalmente y, además, me molestan mucho, diciéndome que ahora seré un CEO y que tengo que dejar de comportarme como una chica por ahí. ¿A quién no le gusta tener buen sexo? Me encanta follar y lo hago con una mujer diferente cada día, y me gusta eso. No me importa lo que diga la prensa, estoy bien así y creo que no les debo explicaciones. Escucho el timbre de mi apartamento sonar y voy a abrir, cuando veo a mis dos amigos, Rafael y Guilherme, ambos mujeriegos como yo, que no desprecian una buena follada e incluso hemos compartido varias mujeres y a veces disfrutan de una orgía. —¿Vamos a aprovechar nuestro último día en Londres? —dice Rafael entrando en mi apartamento y tirándose en mi sofá, y Guilherme hace lo mismo. Cierro la puerta y voy hacia ellos. —Sabes que no desprecio una buena follada —replico sonriendo. —Me enteré de que Bianca estará allí y traerá a dos amigas —contesta Guilherme y yo pongo los ojos en blanco. —No pongas esa cara, Vitor, ella te quiere. Además, la llevarás a Brasil para que sea tu secretaria y tal vez piense que conseguirá algo más contigo —dice Rafael y me río. —Bianca sabe que eso nunca va a pasar —respondo con tono convencido—. No me ato a nadie y ustedes lo saben, mucho menos a una mujer que siempre compartimos. —Ella hace una mamada maravillosa —comento Guilherme y me río con ironía. —He recibido mejores —manifiesto con una sonrisa socarrona. —¿Por qué tu padre tiene que hacerte volver ahora para asumir la empresa? —quiere saber Rafael. —Porque estoy saliendo mucho en los medios con varias mujeres y creo que él piensa que puede atraparme dándome esta responsabilidad, pero siempre supe que este día llegaría y será bueno volver a casa y ver a mis hermanas —digo. —¿Cómo está Diana? —pregunta Guilherme y solo lo miro—. ¿Qué pasa? ¿No puedo preguntar? —agrega encogiéndose de hombros. —Quiero que te alejes de ella, todavía recuerdo el beso que le diste cuando tenía catorce años —digo, indignado. —Lo siento, no sabía que era tu hermana y, además, fue a través de eso que nos conocimos. Está bien que me hayas dado un buen puñetazo en la cara, pero nuestra amistad sigue hasta hoy —expresa Guilherme, convencido. —Así es, Vitor, y ahora deja de estresarte, vamos a disfrutar de nuestro último día en esta maravillosa ciudad y follar como locos —dice Rafael y salimos de mi apartamento. Puedo decir que tuve la mejor noche de mi vida, una despedida a la altura para convertirme en un gran CEO. Hoy hace dos años que estoy frente a la empresa de mi padre y he triplicado su patrimonio en este tiempo, pero él siempre encuentra una manera de quejarse de mi vida fuera de aquí. Él solo pelea porque sigo disfrutando de los placeres de la vida y me molesta mucho. Soy un hombre responsable, está bien cometer algunos errores de vez en cuando, pero lo que hago fuera de la empresa no es asunto de nadie. Desafortunadamente, algunos clientes no piensan así y tengo ganas de mandarlos a todos a la mierda, pero mi padre ya me ha amenazado con quitarme la silla de CEO, así que me controlo lo máximo posible. Creo que se siente decepcionado porque a veces llego tan borracho a casa que ni siquiera reconozco mi nombre e incluso fui captado por los medios teniendo relaciones sexuales en la calle con dos mujeres, lo cual ha causado problemas para mí y para la empresa. Un CEO debe tener una vida intachable y es difícil soportar toda esta presión. Estoy tan perdido en mis pensamientos que no me doy cuenta cuando Bianca entra en mi oficina para mostrarme la agenda del día. Ella ha estado trabajando conmigo durante estos dos años y es una excelente secretaria e incluso una buena distracción en mis momentos de estrés en la empresa, y debo admitir que últimamente he estado muy estresado. —Veo que estás irritado —dice mientras viene detrás de mí para darme un masaje en la espalda, y la verdad es que lo necesito. —Sí, lo estoy —respondo, y ella besa mi cuello. —Bianca, sabes que alguien puede entrar, ¿verdad? —comento, se dirige a la puerta y la cierra. —Problema resuelto, guapo —murmura mientras se quita el vestido. —Ven aquí —le ordeno mientras me pongo un preservativo. Me siento en la silla, luego ella se acomoda sobre mi erección y comienza a moverse lentamente, acelerando gradualmente—. Así es, puta, más fuerte —le digo, y ella se mueve con fuerza. —Oh, Vitor, qué buena polla tienes —suelta jadeando. —Te gusta, ¿verdad? —le pregunto mientras la levanto, y la hago inclinarse sobre la mesa, abriéndose completamente para mí, y ahí mismo vuelvo a entrar con fuerza. Mi oficina tiene protección acústica y ella puede gritar todo lo que quiera. Cuando terminamos, tiro el condón en el baño. Ella entra a ducharse y cambiarse en una sala de descanso que siempre tengo preparada, ya ha dejado algunos vestidos allí. Después de unos minutos, volvemos a trabajar y ella me pasa toda mi agenda. El día pasa volando y, cuando llego a casa, me sorprende que mi padre no esté allí. Subo a mi habitación y me pongo ropa cómoda. Estoy acostado viendo las noticias en internet cuando mi hermana simplemente irrumpe en mi habitación. Cuando llego a casa, me siento extraño porque mi padre no está y normalmente siempre lo encuentro sentado leyendo el periódico. Subo a mi habitación y me pongo ropa cómoda, estar todo el día con traje y corbata es horrible. Estoy acostado viendo las noticias en internet cuando mi hermana simplemente invade mi habitación. —Has vuelto a hacerlo —dice, indignada. —¿Qué hice esta vez, Diana? —pregunto confundido y veo a Suzan entrar. —Mira esto —contesta y me muestra la cámara de mi oficina donde estoy teniendo relaciones sexuales con Bianca encima de la mesa, sobre algunos documentos. —Me sorprendo y prácticamente le quito el celular a mi hermana. —¿Quién grabó esto? —contesto con tono enfadado, y ella sonríe. —Papá puso una cámara allí y dijo que era para mantenerte bajo observación, no le gusta Bianca y piensa que todavía te traerá problemas, y siento decirlo, hermano, pero estoy de acuerdo con él, esa es una perra —habla Diana haciendo una mueca. —Sí, yo tampoco la soporto —concuerda mi otra hermana. —Esto es una invasión de privacidad —digo indignado. —Papá dijo que no quería verte teniendo relaciones sexuales en esa oficina y, además, informó que, si volvía a suceder, te pondría en orden de una manera u otra —expresa Suzan y comienzo a preocuparme. —Con papá me entenderé después, ahora quiero a las dos fuera de mi habitación —pido y ellas bufan. —Necesitas crecer, Vitor, antes de que papá haga algo para intervenir —dice Diana, y sale seguida por Suzan. Me extraña porque mi padre no fue a mi habitación esa noche para pedir explicaciones ni nada por el estilo, de hecho, los días pasaron y él no dijo nada, seguí viviendo mi vida normalmente. Estoy en mi oficina trabajando cuando recibo una videollamada de mis amigos y atiendo de inmediato. Llamada en línea. —Vitor Ferrari, ¿me quieres decir que te van a amarrar ahora? —Guilherme habla y no entiendo la información. —¿Qué? —pregunto confundido. —¡Te vas a casar y no nos dices nada! —exclama Rafael, indignado—. Nos vimos el fin de semana, compartimos las mismas mujeres y tú no dijiste nada —bufa, irritado, y me falta el aire en ese momento. —No me voy a casar, joder —comento y ambos se ríen. —No es lo que dicen los sitios de chismes —Rafael habla de una manera tan natural que comienzo a sospechar que sea cierto. —Ya sabes cómo es la prensa, pero no me voy a casar —afirmo. —Entonces lo inventaron muy bien, porque lo que están diciendo en la prensa es que tu padre está buscando una novia para ti —continúa Guilherme y suelto una carcajada. —Mi padre no haría eso —digo convencido. —Mira las noticias y mañana iremos a verte —Rafael dice mientras sale de la videollamada. —¡Hasta mañana! Vitor —Guilherme también sale. Llamada fuera de línea. Estoy perdido. Entro al sitio de chismes y realmente dicen que mi padre está hablando de que es hora de que me case. No puedo creerlo, estoy realmente sorprendido con la información. Me levanto de la silla con inconformidad, tomo mi traje y salgo de la oficina, cuando paso por mi secretaria solo digo: —Cancela toda mi agenda, Bianca. Salgo sin esperar su respuesta. Bajo al estacionamiento y voy a casa, necesito hablar con mi padre y saber qué locura es esta del matrimonio.
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