STEFANY ALENCAR
Hoy me desperté con un terrible dolor de cabeza, ayer estudié hasta tarde después de haber llegado del trabajo, así vivo mis días, entre el trabajo y la universidad, estoy estudiando enfermería y el dinero que gano no es mucho, así que estoy vendiendo cosas en una feria los fines de semana. Sí, ahora soy vendedora ambulante. Al principio me daba vergüenza, pero ahora me he acostumbrado, he viajado por todo el mundo y hoy estoy así. Hablé en el hospital para cambiar mi horario de trabajo los sábados para que no interfiera con mi trabajo.
Desde que nos casamos, Vitor no ha vuelto a aparecer frente a mí, agradezco a Dios por eso. Independientemente de que nuestro matrimonio sea por contrato, nunca lo querré cerca de mí por lo que hizo.
Ahora me estoy preparando para ir a la universidad, gracias a Dios ya falta poco para terminar, estoy en el sexto semestre de enfermería y solo faltan dos semestres más. Agradezco a Dios porque Vitor mantiene mis estudios, de lo contrario tendría que abandonar la universidad.
Ayer recibí mi p**o del trabajo y pude comprar una buena comida, ya que he estado comiendo las frutas que sobran en la feria desde hace días. Puedo pagar el agua a tiempo, pero la luz está atrasada y creo que pronto la cortarán. Como el pensamiento atrae, estoy viviendo a la luz de las velas, sí, me han cortado la luz y como no tengo suficiente dinero para negociar, estoy calentando agua en la estufa para bañarme.
No le cuento a mi familia lo que estoy viviendo porque no quiero que se rían de mí. Ellos son millonarios, pero no quiero un centavo de ellos. Cada vez que voy a las fiestas, digo que mi esposo está viajando por negocios y no tiene tiempo para acompañarme, sé que saben que estoy mintiendo.
Vitor sigue apareciendo en revistas con varias mujeres, especialmente con la pelirroja descarada, pero nadie dice nada y siempre estoy sola en las fiestas, no tengo amigos. Laura y Hanna también están pasando por malos momentos, prefiero no comentar sobre Hanna, pero los padres de Laura le consiguieron un esposo peor que el mío y, según escuché en una de las fiestas, incluso la golpea. Es triste su situación, solíamos ser amigas, al menos eso pensaba, pero cuando hice algo muy incorrecto, me dejaron y tuve que casarme. Mi padre dijo que era para encaminarme de nuevo, pero tengo mucha rabia dentro de mí. Él fue negligente toda mi vida, dejándome bajo el cuidado de mi madre, pero creo que no se da cuenta y, sinceramente, no me importa. Sé que fui muy tonta en mi pasado y creo que estoy pagando por lo que hice. No tengo dinero, coche, viajes, etc. Nada de lo que amaba lo tengo hoy, pero si digo que me hace falta, estaría mintiendo, porque nada de eso me importa ya. Creo que incluso soy más feliz así, la gente no se acerca a mí por mi dinero, porque en realidad no lo tengo, sino por quien soy.
Para mejorar un poco mi situación conseguí dos amigas en el hospital, Lilian y Tayná, son todo lo contrario una de la otra, Lilian es más calmada y tranquila, pero Tayná es un huracán, siempre agitada y me mete en cada una de ellas, me río mucho con las dos, puedo decir que mis días son increíbles desde que las conocí, pero ni se imaginan lo que he hecho.
Digamos que fui una persona horrible, en realidad, bastante horrible, ayudé a mi madre, que ya falleció, a tenderle una trampa a mi cuñada para que no estuviera con mi hermano poniéndole un anillo de diamantes en el bolso. En realidad fue Hannah, que en ese momento estaba enamorada de mi hermano, pero todo había sido bien planeado. En el momento de una gran fiesta la acusé de robar, la hice salir delante de todos esposada y pasó una noche en la cárcel y, por supuesto mi hermano acabó creyéndome, porque fuimos mi madre, Hannah y yo los que la acusamos. Por eso hoy estoy pagando por lo que hice, yo que juzgaba mucho a la gente de bajos recursos, y ahora mírame.
Estoy haciendo una pasantía con la que ni siquiera puedo sobrevivir con lo que gano y ni siquiera las propinas de la feria me ayudan a mantenerme. Para colmo, me obligaron a casarme y nunca veo a mi marido ni vivo con él. Él sigue soltero. En los medios de comunicación siempre sale acompañado de otras mujeres y de un tiempo a esta parte esa vaca tiene el valor de llamarme al móvil, preguntándome por él, ¿cómo ha conseguido mi número? Me sorprende su atrevimiento y a veces la mando a buscar a su macho al infierno, esa pelirroja infeliz.
Estoy tan perdida en mis pensamientos que no me doy cuenta de que llego tarde, salgo de casa corriendo hacia la parada del autobús, me acabo de tomar un café solo y me he hecho una tostada. Hago una señal al 335 que se dirige al centro de São Paulo, necesito que vaya lo más rápido posible para no llegar tarde a la clase. Echo de menos el coche que mi padre me quitó cuando se enteró de las cosas horribles que hice, e incluso me dijo que se había equivocado en mi educación, y que no era digna de ser su hija.
No puedo negar que sus palabras me rompieron, crecí viendo como mi madre humillaba a las empleadas en casa y pensaba que era lo más normal del mundo, y resulta que hoy estoy aquí, soy una simple empleada haciendo prácticas en un hospital y haciendo trabajillos como vendedora del mercado.
Al cabo de una hora estoy delante, veo la primera clase y me ruge el estómago, sabía que no debía comer sólo una tostada, pero hoy no puedo permitirme comprar nada en la cantina, porque si no me faltará para pagar el transporte de la semana y aún tengo que comprar un libro que me ha reclamado el profesor y no puedo permitírmelo. Las horas parecen una eternidad, y gracias a Dios ha llegado la hora de salir, en el camino cojo otro autobús abarrotado y ni yo me imaginaba que estaría tan lleno, como hoy es viernes doy gracias, mañana solo me queda la feria a la que ir.
Llego a la práctica y rápidamente me cambio, me pongo mi bata blanca y voy a tomar un café. Mientras estoy en la sala comiendo, veo a Tayná entrar toda agitada y sonriente.
—Amiga, ¿vamos hoy a una discoteca en el centro de la ciudad? —dice emocionada.
—No, muchas gracias —respondo naturalmente.
—¡Ah! Deja de ser aburrida, Stefany, eres una mujer hermosa y solo te matas aquí estudiando y en la feria, la vida también necesita ser vivida. —Ella sabe que ya he viajado por todo el mundo y que tengo un padre rico.
—Tayná, estoy cansada, he estudiado como una condenada y...
—Buenas tardes, chicas —me interrumpe Lilian, llegando con su tímida sonrisa y también muy feliz.
—Buenas tardes —respondemos juntas.
—Lilian, estoy invitando a Stefany a ir a una discoteca hoy, pero ella no quiere ir —dice indignada.
—¿Por qué no vas? —pregunta Lilian confundida.
—No tengo ganas —contesto ocultando la verdad, porque no tengo dinero para ir.
—De ninguna manera, sí que vas a ir y vamos las tres —Tayná habla emocionada.
—Exacto, yo p**o nuestras entradas. —A veces olvido que los padres de Lilian son ricos—. Nos divertiremos mucho juntas. —Comienza a reír, yo me siento incómoda al rechazar y termino aceptando ir.
El día en el hospital fue agitado, gracias a Dios hoy no murió nadie. En estos meses de prácticas he visto a muchas personas morir y eso me ha tocado profundamente porque por más dinero que tengan las personas, en el momento de la enfermedad, el dinero no vale nada. Salgo de la práctica y voy a casa a arreglarme, Lilian vendrá a recogerme. Ella es una persona humilde, a pesar de ser rica, me gustaría haber sido una persona así cuando tenía dinero, pero no fue mi caso.
Me pongo un vestido n***o y ajustado que compré en un bazar cerca de casa, ya que vendí todas mis ropas de marca para comprar alimentos. Dejo mi cabello rubio suelto, me maquillo fuertemente la cara y uso un lápiz labial rojo increíble. Uso sandalias de tacón alto y una pequeña cadena en el cuello que compré en un puesto de joyería en la feria que encontré hermosa. Escucho una bocina de un auto afuera y sé que mi auto ha llegado. Apago la vela y salgo corriendo. Veo a Lilian y Tayná magníficas frente al coche. Tayná lleva un vestido blanco muy corto, ella es morena de cabello n***o y ojos azules, mientras que Lilian es blanca con su cabello rubio claro casi platino y ojos negros. Ella está usando un vestido morado, pero por debajo de la rodilla, en resumen, están hermosas.
—Stefany, estás hermosa —ambas dicen sonrientes.
—Gracias, chicas, ustedes también están increíbles.
—Ahora vamos, quiero bailar mucho —expresa Tayná saltando.
Entramos las tres en el auto y elegimos una canción para tocar, terminamos poniendo la canción de la película "White Chicks". No la he visto, pero estar con ellas y ver cómo se divierten me hacen inspirar con todo, así que terminamos cantando juntas en el auto.
Llegamos a la discoteca alrededor de las diez de la noche, vemos que está llena, esperamos en la fila durante aproximadamente una hora solo para entrar. Cuando finalmente entramos, vamos directamente a la pista de baile, pero en el momento en que llego, veo a alguien que no he visto en meses, él está junto a la misma pelirroja que siempre me llama, en ese momento nuestros ojos se encuentran y veo que él está tan sorprendido como yo de estar allí. Vitor Ferrari o, mejor dicho, mi esposo, junto a la pelirroja que ha estado tratando de volver mi vida un infierno desde hace tiempo.