Stefany Alencar Despierto con Alfredo golpeando la puerta de la habitación, miro la cama y me doy cuenta de que estoy sola, ¿estará Vitor en el baño?, me pregunto. Sigo escuchando a Alfredo hablar a través de la puerta. —Puede entrar —digo. Menos mal que estoy vestida para dormir y no me quedé dormida desnuda. Además, noto que hay otra colcha en la cama y pienso que Vitor puede haberla puesto, porque no estaba aquí antes. —Buenos días, señora —saluda Alfredo entrando con una bandeja de desayuno y noto que tiene todo lo que me gusta. —Gracias —expreso. —Discúlpeme por despertarla, pero Vitor pidió que le trajera su medicamento a las diez de la mañana. —No hay problema, ¿sabe dónde está él? —interrogo. Alfredo me mira extraño, pero responde mi pregunta. —Él salió y creo que no tiene