¿Lady o condesa?

1044 Words
Mónaco, Mayo 31 de 1976. “El príncipe heredero ha sido nuevamente citado por su majestad la reina Victoria antes de ser nombrado duque de Génova, además de haber recibido un ultimátum del que muy pocas personas conocen…” —Es enserio, ¿no tienes nada más que leer? —inquiere Charlotte Spencer, la hija menor del conde octavo de Sackville uno de los pocos aristócratas con sangre azul del reino. —¿Y tú no tienes nada más que hacer, que entrometerte en mi vida? —inquiere con desdén Olivia, la hermana de en medio de la familia Spencer. —Ya va de nuevo, hermanita ¿no crees que esto ya no está funcionando? —sonríe con ironía —lo mío se soluciona fácilmente, pero lo tuyo no. —Claro —hace una mueca —, espantas a cualquiera que se te acerque, mira tu ropa —la mira de arriba a abajo —grandes gafas, y ese cabello largo y sin forma. Deberías de usar el dinero que te da papá para algo más que tus tontos libros, solo te comportas como la duquesa y eso no te va a servir de nada, nunca te vas a casar con un príncipe y… —No aspiro a eso —sonríe al ver la cara acongojada de su hermana —, tengo mis ideales muy en claro y lo que menos me apetece es casarme con un príncipe paleto, eso es para otras. Yo quiero seguir adelante con mis ideales que van más allá de ser la esposa trofeo de alguién. Olivia se siente impotente porque no tiene palabras para decirle a su hermana, de cierta forma la joven tiene razón a pesar de comportarse como una duquesa a su corta edad tiene definidos muchos de sus ideas y eso sin lugar a dudas es algo de admirar pues lo único que ella sabe hacer es organizar las fiestas de su padre, se supone que al ser integrante de una de las pocas familias de un linaje real debería de tener mayor cercanía con los Royal’s pero no es así. Su amistad con los príncipes es algo muy superficial, él único que nunca declina las invitaciones es el secretario del príncipe William. —Padre, —aparece él conde interrumpiendo los pensamientos de su hija —ya he enviado las invitaciones para la próxima fiesta, espero que está vez sí venga William. —Olvida eso Liv, tú hermana está por cumplir quince años y he tomado una decisión —entra en esos momentos Lily, otra de las hermanas de Charlotte —ustedes no quisieron sus títulos y creo que ni siquiera hicieron un mínimo esfuerzo por obtenerlo, Charlotte es merecedora y estoy por poner toda mi confianza en que ello suceda. —¿Y qué vas a hacer para que eso pase? —inquiere Lily con curiosidad —no me digas que… —Sí, la voy a envíar al Reino Unido —responde con orgullo —no me miren así; tú Lily preferiste esperar a tu prometido Angelo y tú eres demasiado buena anfitriona —mira a Olivia —como para tener el título pues no tienes la educación que yo quiero que tenga la heredera del título de vuestra madre. —¿El título de Lady? —preguntan al unísono y él conde asiente. —Así es, he visto comportamientos en Charlotte que me hacen saber que ella será una digna lady, y tal vez en un futuro condesa, pero eso depende de sí vuelve su hermano, sí no lo hace cuando cumpla veintiún años Charlotte lo tendrá. —Eso es… —dice Liv de malhumor —la estás favoreciendo, pero es que ni siquiera es tu hija favorita —cuadra los brazos —sé honesto papá, ella es muy infantil para ser lady o siquiera condesa. Y ¿cómo le voy a decir con ese título? ¿lady, condesa Charlotte?. —No seas paranoica —interviene Lily —sabes perfectamente que lo que dice papá es verdad, personalmente no quiero esos títulos, estoy segura que en un futuro Angelo será alguien importante. Pero tú Liv, sabes que ni aunque lo intentes lo serás… —Voy a ser la princesa de esté país, la futura reina consorte —declara con una sonrisa triunfal —, puedo convencer a William de casarse conmigo. Lily y su padre hacen un gesto de impaciencia, no saben sí eso pueda suceder pero de algo sí están seguros y es de que lo mejor para Charlotte es educarse en el Reino Unido, allí tendrá mejores perspectivas y ampliará sus horizontes pues paradójicamente de las hermanas es la única que siempre ha estado muy centrada. —¿Me voy a Reino Unido? —pregunta al ver que su padre le ha entregado unos documentos —¿a este internado? —él conde asiente —pero ¿por qué?. —Esto es difícil para mi Charl —dice con cierta ternura —de mis hijas eres la más parecida a vuestra madre —ella desvía la mirada —, ya sé que sigues disgustada por eso, pero te aseguro que sí te envió a Londres es porque quiero que tengas un mejor panorama de lo que es la vida en un reino como ese, eres joven y estoy seguro de que allí vas a poder encaminarte en lo que quieras para tu futuro, solo promete que no vas a hacer lo mismo que tus hermanas. Mira los hombres solo queremos una cosa de una chica bonita como tú, no caigas en eso. —Pero me van a dejar sola, —se encoge de hombros —es mi cumpleaños y… —Toma este viaje como tu regalo de cumpleaños, sé que cuando vuelvas sí lo haces vas a demostrar de qué estás hecha, además siempre te quejas de las fiestas, he visto como miras al príncipe Rod, sí quieres ser su esposa en un futuro debes de prepararte para eso —dice con un aire de confidencialidad y ella se sonroja —yo también lo quiero para ti, pero él aún es joven como tú y no está buscando esposa, así que aprovecha esté tiempo para ti. Estoy seguro que cuando vuelvas y él te vea se va a enamorar de ti.
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