Dulce y amargo.

2058 Words
Narra Sarah Matheus Las manos me tiemblan y más cuando tengo los ojos de Alex Benson sobre mí, lo veo con los brazos cruzados y sé que debo correr, mira el reloj de su muñeca y luego a mí —Bien, tienes 15 minutos Sarah, yo sí fuera ya estuviera empezando— pienso unos segundos y comienzo a correr, voy a la despensa y comienzo a buscar los vegetales que necesitaré para el platillo que voy a preparar. Tomo una pequeña cesta y comienzo a echar los ingredientes, tomates babys, cebolla, pimentón, perejil y calabacín luego voy con los demás, harina, huevos, nuez moscada y todo los demás corro al refrigerador y tomo el filete de Cordero para volver corriendo a la mesada y empezar a preparar el platillo que tengo pensado. Lo miro con el rabillo del ojo y está con una expresión seria, sigo con mi trabajo y voy cortando los vegetales empiezo con las tortillas de calabacín lavando bien, luego agrego la harina, nuez moscada, cebolla, huevo batido, sal pimienta negra y un poco de agua por último el calabacín remojado y picado para formar las tortillas en la sartén previamente calentada con aceite de oliva. Así prosigo sin tomar un segundo de descanso. Estoy preparando el cordero y por accidente me tropiezo con Alex que está observando mi trabajo —Niña, ten más cuidado, puedes lastimar a alguien— dice en un tono seco y la verdad bastante desagradable —Lo siento— levanta una ceja y luego frunce el ceño apretando más los brazos cruzados en su pecho —Si, ¿qué?— Abro mis ojos de par en par y me doy cuenta de que debo decirle chef. —¡Si, chef!— exclamo un poco irritada. Asiente y mira su reloj —Te quedan 8 minutos, abro mis ojos y me volteo para seguir lo más rápido posible. «¡Mierda! Me dejé distraer por él» Tomo un plato colocando las pequeñas tortillas en él, luego el filete de Cordero con los tomates cortados en rebanadas, por último agrego la salsa de yogur, limpio las orillas del plato y justo cuando dijo la palabra —Se te acabó el tiempo, niña— dejé el plato, se acercó y lo detalló bien. Me observa y señala el plato —Bien, ¿qué has preparado?— la verdad este hombre es el más odioso de todo el planeta, sé que debo presentarle el platillo, pero un poco de amabilidad no le caería mal. Me acerco a la mesada y comienzo a presentar mi platillo, mientras él lo prueba —Bueno, chef hoy he preparado un platillo simple, pero delicioso con un filete de Cordero acompañado de mini tortillas de calabacín, tomates babys y salsa de yogur griego— comenzó probando un poco de las tortillas, mis manos temblaban y mi pulso estaba acelerado, no dijo nada y luego paso a probar el filete. Deja el plato y camina a un lado de la cocina, lo observo perpleja sin saber qué hacer o que decir. «¿Acaso no dirá nada? ¿Si está bien o mal?» Toma 3 papeles de pedidos y regresa, me los extiende, los detallo él me mira a los ojos y yo sigo sin saber que está haciendo —Tienes tres pedidos más, espero que sean igual de aceptables en la misma cantidad de tiempo por pedido— camina de nuevo y comienza con su trabajo, yo me quedo parada y luego reacciono para comenzar a preparar los pedidos. Luego que todo terminó me sentía como si un camión me hubiera atropellado, preparé gran cantidad de platillos unos 20 o 25 y luego de eso debí limpiar el desorden que yo había hecho. El chef se acercó a felicitar a todo el equipo y me llamó en ese momento —Bien, como saben todos Maria fue despedida y en su lugar estará Sarah, hagan que se sienta en casa y espero todos se lleven bien con ella— todos me dieron la mano uno por uno y el chef nos envió a casa. Yo estaba a punto de irme, pero Alex me llamó a su oficina, respiré profundo y caminé para seguirlo. —Cierra la puerta por favor— dice en un tono serio al igual que si expresión, me hace un ademán para tomar asiento y obedezco —Estoy complacido con tu trabajo, pero como sabes tú serás mi asistente, por lo tanto hay un par de cosas que debes saber— abro mis ojos muy atentos y lo que me dirá —Como ves soy muy exigente, por qué este trabajo lo requiere, necesito que estés muy comprometida, ya que la última chica que estuvo en tu puesto cometió un error y le costó su carrera, yo no quiero que te sientas presionada, pero si quiero que tengas en cuenta que un error aquí te costará tu carrera como chef en nueva York ¿Entendido?— Yo estoy sin habla, trago un poco de saliva y asiento lentamente —Bien, me alegra que entiendas, te espero mañana a las 5 hay un par de cosas que debo explicarte sobre tu puesto, cierra la puerta al salir— me levanto por inercia y avanzo a la puerta tan perpleja como si me hubieran echado un balde de agua helada encima. —Ah, por cierto Sarah— volteo para ver su rostro y tiene una sonrisa de labios cerrados —¿Si?— abre sus labios para responder y solo pienso que dirá otra cosa que me dejará aturdida. —Bienvenida a mi cocina— le trato de sonreír, pero solo sale una mueca, con un titubeo como respuesta —Ah, bueno… Gracias chef— digo antes de salir disparada por la puerta y cerrarla, voy al vestidor para cambiar mi ropa echo mi uniforme en el bolso y salgo rápidamente, estoy tan hundida en mis pensamientos que me llevo por delante a una persona y al levantar mi vista me doy cuenta de que es Liam. Él sonríe y yo me disculpo —Oh, lo siento Liam estaba distraída— se encoge de hombros y ambos caminamos a la salida, abre la puerta dándome paso y salgo esperando que él también lo haga. Estoy muy callada porque la conversación con Alex me ha dejado nerviosa —Y bien ¿Cómo te sientes en tu primer día?— yo levanto la vista que no me había dado cuenta de que tenía en el suelo —Bueno, la verdad es que estoy muerta— sonríe de forma divertida y la verdad es, que verlo sonreír me cambió el ánimo caído que tenía. —Si, eso sucede mucho, pero luego te acostumbras y es muy gratificante ¿y qué te pareció nuestro jefe?— cuando dijo esa palabra “Jefe” no pude evitar ponerme nerviosa de nuevo —Yo... eh, es que…no lo sé, él es muy…— hice una pausa larga sin encontrar una palabra para describir a Alex. —Un desgraciado de lo peor— abrí mis ojos de par en par y casi me ahogo con mi propia saliva —Eso creo que lo describe bien— respondí mientras observaba la expresión de liam al hablar de Alex Benson —Es y siempre será un idiota, la pobre Maria ya no puede trabajar en ningún restaurante de clase alta se tuvo que ir de nueva York— abrí mi boca y me llevé una mano para cubrirla por el asombro. —Oh, dios que horrible, ahora siento mucho miedo— me detengo un momento y mira el restaurante que hemos dejado atrás —Creo que mi sueño se convertirá en pesadilla— él me coloca una mano en el hombro y me dedica una sonrisa cálida —Tranquila, creo que a pesar de todo le caíste bien, solo ten cuidado él es muy explosivo— asiento y seguimos caminando él camina en dirección al estacionamiento, se queda viéndome como esperando algo. —¿No irás a tu casa?— yo asiento, pero él luce algo confundido —¿Te llevo?— pienso unos segundos y asiento —Si, pero no vivo en ese edificio— explico con una sonrisa nerviosa —¿Y dónde?— rasco mi cabeza y giro en dirección a la calle para volver a verlo. «La verdad creo que no sería buena idea mi vecindario es muy peligroso» —Vivo en el vecindario Boherum Hill— abre sus ojos como platos, ya todos conocen que Boherum es uno de los barrios más peligrosos de nueva York —Creo que te llevaré, es muy tarde para que vayas sola— aunque busqué miles de excusas Liam sostuvo la idea de llevarme a casa, nos subimos a su motocicleta, él me dio un casco y me lo coloqué, avanzamos por las calles de nueva York, apreté mis manos en su cintura y sentía su abdomen duro como roca, eso hizo que mi piel se pusiera de gallina y una corriente recorriera mi espina dorsal. Recosté mi cabeza en su espalda, mientras disfrutaba del viaje, por fin llegamos a Boherum y me bajé rápidamente de su motocicleta, mi intención era que se mantuviera el menor tiempo posible. —Gracias, Liam eres muy amable nos veremos mañana— me despido y le entrego el casco, pero se cae al suelo y ambos nos precipitamos a tomarlo chocando nuestras cabezas. —Auch— se queja, pero ambos quedamos viéndonos directo a los ojos, fue un corto momento y me puse muy nerviosa, él no dejaba de ver mis ojos y una hermosa sonrisa se le dibujó en el rostro —Bueno... yo creo que es hora de irme— dice mientras sigue mirando mis ojos —Eh, si, yo... iré allá— señalo la puerta y me levanto inmediatamente, él sube a su motocicleta y se despide con la mano. Lo veo una última vez y sonrio para luego entrar rápido a mi casa, cierro la puerta detrás de mí y por un momento me quedo pensando en sus ojos. «¡Basta ya! Meki ¿Por qué piensas en sus ojos? Y en su sonrisa oh, por dios y sus labios, no ¡ya basta! Deja de pensar en él» me regaño mentalmente y voy a el pequeño lavadero para meter mi ropa en la lavadora, la meto toda y camino a mi habitación me quito la ropa para entrar al baño y darme una buena ducha… Después de estar lista para dormir vuelven esos pensamientos, los ojos atractivos de Liam, sus labios rojos y carnosos «¿Qué te sucede meki?» No puedo dejar de pensar en él, es tan lindo y atractivo que se metió en mi cabeza como una canción pegadiza, dejo todo de lado y me concentro en descansar, de pronto mi teléfono suena, me fijo en la pantalla y me doy cuenta de que es Vivian —Mekiiii— grita emocionada —Viviiii— le respondo. —¿Qué tal tu primer día en el trabajo?— pienso en todo lo que sucedió y creo que fue dulce amargo —Bueno, algo agotador, pero bien— respondo en medio de un suspiro —Entiendo, meki oye una pregunta ¿El papito que conociste Liam vive en el 3 piso?— pensé otra vez en él cuando ella lo mencionó y giré los ojos en redondo. —Si ¿Por qué?— trato de sonar lo más natural posible, pero la verdad me siento un poco incómoda —Lo acabo de ver y por diooosss tenías toda la razón es un bombón— sonrio ante la idea de eso, ya que lo pide apreciar más de cerca —Bien, te vas a morir cuando te cuente— ella grita fuerte y debo quitar la bocina de mi teléfono para no quedar sorda. —Cuenta ¿qué chisme me tienes? Que sea bueno por favor— me acomodo en mi cama para estar más cómoda y contarle —Liam trabaja conmigo, hoy lo vi en el restaurante de Alex Benson— otro grito ensordecedor. —AHHHH, ¡NO PUEDE SER!— yo sonrio y la verdad las cosas se pondrán raras, con lo que sucedió hoy ahora no dejo de pensar en él. «Es obvio que te gusta meki»
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