Estaba anocheciendo, cuando subieron al coche, para regresar a la ciudad , al lado de Edgard, iba Claudia, y a su lado, Tomasa de copiloto; detrás, se sentó Valentina, en el centro Karina, y Carlos a su lado. Todos iban en silencio, como haciendo un inventario mental de lo que habían logrado en esos dos días, y repasando todas las experiencias vividas, y todo lo compartido. Estaban agotados, por todas las actividades realizadas pero muy felices. Karina se sentía dichosa; para ella había sido una de las experiencias más hermosas que había vivido, llevaba a Carlos a su lado, quien de vez en cuando, le tomaba una mano, y jugueteaba con sus dedos; le hacía feliz saber que era su novio, la hacía sentir más grande, ahora era una señorita, y tenía un novio que le decía cosas bonitas que la
