—¡¿Qué significa esto?! —Grita el hombre al despertar y encontrarse totalmente atado de manos y pies de una gran madera del techo—. ¡¿Por qué me tienen atado?! El lugar es maloliente y oscuro. Parece ser un viejo establo, hay todo tipo de animales recorriendo por el sitio. El techo está lleno de agujeros por donde se cuela el agua de la lluvia y a sus pies solo hay charco. —¡Libérenme ahora mismo porque no serán capaces de soportar las consecuencias! No saben quién soy y ni de lo que soy capaz. Nadia lo mira desde una ventana a su espalda, con una sonrisa macabra en su rostro que presagia el aterrador destino que le espera a ese hombre. —El bello durmiente al fin despertó —La voz de Nadia lo sobresalta. Él intenta voltearse para saber su posición—. ¿O debería llamarte Lucio? Lucio Bur