Capitulo 1.

1218 Words
Advertencia: Los escenario en esta obra pueden ser fuertes, con traumas de por medio e intento suicidio entre otros. —¡Suélteme! —Olivia grita asustada y presa del pánico en su lugar, negándose a ceder a los deseos de su futuro esposo. —¡Marqués se lo ruego, suélteme! —Por otro lado, el marqués de Valentino tiene una sonrisa retorcida, pareciera que le divierte la expresión de dolor de su futura esposa y princesa del país en el que está ahora mismo. —Si que eres más terca de lo que pensé, princesita, yo, como tu futuro esposo, exijo tomar lo que me pertenece. —El marqués de Valentino, que se encuentra fascinado por el cuerpo de su futura mujer, no planea esperar más hasta la boda que Olivia, ha estado posponiendo por tanto tiempo. —Obedéceme desde ahora y para siempre, Olivia, yo soy quien fue elegido por la familia real para ser tu esposo y como tal, debes hacer lo que diga, quieras…o no. —Así, es como el marqués de Valentino intenta rasgar el pulcro y blanco vestido de la princesa, aun cuando ella está suplicando que se detenga. Y es que Olivia sabía que era mala idea acercarse al hombre que sería su futuro esposo cuando este se encontraba tan alcoholizado, después de todo, era una fiesta, sin embargo, las damas de su corte le aconsejaron que debía pasar palabras con el que pronto sería el rey del reino de Escalante y por supuesto, del país del Sur, ¿Podía algo salir mal si quiera? Grande fue la sorpresa de Olivia al ver como su esposo estaba tomando a otras mujeres en una especie de orgia con otros altos mandos de la corte de Escalante, quienes, si bien no la reconocieron, el marqués siempre sabría quién era ella, aun si portaba una máscara ocultaba su identidad, el marqués recobró la compostura (al menos eso intento) y sin sentir vergüenza de lo que hacia, solo se acercó a su prometida. Justo como sucedía ahora, el marqués llevó a Olivia lejos donde nadie los molestara, con la excusa de que deseaba conversar algo sumamente importante y secreto, aun en una situación como esa pues, el reino realizaba una fiesta anual de máscaras, la más importante de todas, el marqués de valentino era un viejo amigo de la familia real, un héroe que ganó incontables batallas en nombre del rey. también, era el más bizarro, detestable y arrogante hombre que Olivia desearía jamás conocer, pues, este era el hombre con el que algún día tendría que formar una familia, uno al que tendría que mirarlo desde arriba, alguien que jamás la tomaría en cuenta como persona, como princesa, y como lo que ella era, una mujer. Su destino estaba planeado desde el más pequeño de los aspectos y ella tendría que vivir con eso, hasta el día de su muerte. Pero ahora, no deseaba hacer eso, un impulso recorre todo su cuerpo, debe salir de ahí. —L-le dije que… ¡Que me suelte marqués! —En un arranque de supervivencia Olivia levanta su pierna y con todas sus fuerzas aterriza esta en la entrepierna del marqués de Valentino, quien rápidamente cae y se retuerce en su lugar mientras que ella, sale corriendo. —¡Olivia, Princesa Olivia! ¡Regrese aquí ahora mismo! —Con lo que le queda de fuerzas, el marqués grita por su prometida quien corre tan rápido como puede. —Maldita…Esto no se quedará así… Olivia siente como su corazón estuviera a punto de explotar, mientras sus ojos se cubren de lágrimas que le impiden ver el camino por donde pisa, la desesperación que se instala en todo su cuerpo, mientras que las ganas de gritar solo se agolpan en su garganta sin poder salir, y es que, hace unos cinco minutos, vio con sus propios ojos cómo su futuro esposo, el marqués de Valentino, estaba tomando a otras mujeres, aun si eso significaba que la reputación de Olivia, la princesa heredera del reino del sur de Escalante estuviera en juego. Lo peor vino cuando el marqués intentó forzarla a unirse con él en un lecho que se encontraba manchado de cabo a rabo. Sinceramente a la princesa no le importaba que el marqués de Valentino estuviera con otras mujeres, tampoco le importaba el hecho de que fuera catorce años mayor que ella, pues su matrimonio se planeó cuando apenas ella era una joven que se adentraba en el mundo de la alta sociedad. Lo que más le desangraba a Olivia era el hecho de que, aquel hombre, que no se preocupaba por el que dirán de ella, sería su esposo, con quien se supone debería tener hijos. ¿Y como es que se esperaba esto?, el marqués de Valentino era grosero, poco educado, sus aires de grandeza revelaban que efectivamente, sería la perdición y la desgracia de Olivia. Pero, el marqués de Valentino no podría hacerle daño si ella no existía en el plano material, por lo que, la idea de acabar con todo se presentó en la mente de Olivia, ella, quien había dedicado más de 26 años al imperio del Sur de Escalante, sacrificando no solo su tiempo y esfuerzo, sino que también su juventud, de todo modos, ¿Quién la extrañaría realmente?, si ella desaparecía para siempre, buscarían un reemplazo, después de todo, el marqués de Valentino, su prometido, tenía al reino comiendo en la palma de su mano, que era lo que más le atormentaba en las noches. Por lo que, deteniéndose, al borde de un risco, con su respiración agitada y sus pies que punzan bajo su vestido, también aparta la preciosa máscara que cubre su identidad, Olivia toma de su cabello que cae libre con la suave y fría brisa de la noche, una orquídea de plata, la cual, tiene una punta que puede ser utilizada como un arma blanca, y alzando la bella pero letal arma, ella apunta hacia su cuello, una herida lo suficientemente profunda logrará que en cuestión de minutos no sienta dolor. De esta manera es todos los recuerdos de su vida pasan frente a sus ojos, como el marqués de Valentino logró arruinarle la vida desde que la comprometieron, como los propios miembros de su familia la llevaban al borde de la infelicidad solo porque, un desgraciado sin alma los estaba manipulando. Una triste sonrisa surca en el triste rostro de Olivia. Ella acerca la orquídea hasta su cuello y presiona lentamente en un intento de cortar la carne de su cuello, le duele, pero lo resistirá, en poco tiempo no sentirá nada, estaba segura. —¿Por qué acabar con todo cuando la vida tiene tantos placeres que disfrutar? — Una voz masculina hace que Olivia detenga todo, y sintiendo un fuerte escalofrío recupera la cordura por completo, y aleja tan pronto como puede la orquídea que tiene rastros de su sangre, no ha perforado tan profundo, a lo mucho es una herida superficial. —Me intriga saber que hace a una dama considerar acabar con su vida. —Le dice aquel extraño, claramente no ha visto su rostro, pues estaba detrás de ella, entonces, nadie esparció rumores de que, la princesa heredera, Olivia de Escalante estaba a punto de quitarse la vida. Oh no, la habían atrapado.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD