Capítulo 06: Aroma en el Aeropuerto

1639 Words
Los días habían pasado volando y el gran día llegó para Katherine, era su primer trabajo en el cual tenía que lucirse lo mejor que podía. Un chofer de la agencia la estaba esperando afuera, sus maletas ya se encontraban en la agencia en el auto de Martin, lo único que faltaba era ella. Se miró por última vez en el espejo para observar su vestimenta la cual era una falta de cuadros rojos con una camisa manga larga negra, su maquillaje era ligero así que tomo su cartera y antes de salir cerró la puerta bajando las escaleras para llegar al auto que la estaba esperando. En el camino hacia la agencia Katherine se había quedado observando la ciudad de Alemania por la ventana del auto, le era increíble como su vida había cambiado rápidamente al aceptar un nuevo trabajo. Le era más que increíble, William le había pedido que durmiera lo suficiente para que diera lo mejor de ella, pero... No le hizo caso. No había sido porque no quería, más bien era la enorme emoción que sentía en su cuerpo. Se había estado moviendo de un lado a otro constantemente solo para conciliar el sueño, pero no lo logro. Su mente había estado despierta pensando en que país sería el que visitaría, podía ser cualquiera, pero William le había dicho que Martin se lo diría en el aeropuerto. La de cabello rizado suelta un suspiro y observa como llegaron a la agencia, por un momento ella iba a abrir su puerta, pero el chófer fue mucho más rápido y fue él quien le abrió la puerta y la ayudo a bajar. — Gracias... — Le sonríe ligeramente para luego caminar a pocos metros dónde se encontraban William, Olivia y Mar esperándola. Katherine se extrañó un poco por eso, pero igualmente lo había dejado pasar. — Hola, ¿Está todo bien? — Pregunta saludando con un beso en la mejilla a cada uno quienes corresponden el saludo de la humana. — Todo está perfecto, Martin ya estaba en el aeropuerto esperando por ti. En el carro te dejé un pequeño desayuno, así que no te preocupes. — Le dice amablemente el Omega haciendo sonreír a Katherine. — Solo estamos aquí para despedirnos, ya que no te veremos en una semana y media. — Te voy a extrañar… — Dice Olivia con una mueca y abrazaba sorpresivamente a Katherine quien corresponde el abrazo gustosa. — Yo también, regresaré en una semana y media, Olivia. Todo estará bien. — Se separan, William ahora es quien la abraza con fuerza y oliendo por última vez el olor de Katherine. — Yo también te voy a extrañar, cariño. — Le dice el Omega para separarse. — Una cosa, Martin te compro este teléfono para que lo uses, claro. — Él mismo rueda los ojos ante lo que dijo sacando de su saco un teléfono de último modelo y de una marca conocida entregándole el teléfono a Katherine. — Tiene dos líneas, en la primera anoté los teléfonos de todos nosotros para cualquier cosa nos llames y estés comunicada y la otra línea solo está agregado Martin, solo usa línea para los clientes quienes quieren seguir en contacto. ¿Entendido? — Le dice seriamente a la mujer quien asiente con su cabeza tomando su teléfono. — Entendido, mamá. — Rueda los ojos y el Omega nuevamente sonríe. — Olivia, vamos adentro. Tenemos que resolver unas cosas. — Le dice a su secretaria y antes de irse le sonríen y se despiden con la mano de la humana mientras caminan. Ahora solo quedaba Mar quien la estaba analizando. — ⟨¿No te vas a despedir?…⟩— Le pregunta su loba interior. — ⟨Yo la voy a extrañar, quiero que la abraces... Me gusta su olor.⟩ — Mar internamente deseaba que su loba fuera de otra manera... Mucho más seria. — Espero te cuides y que te vaya bien en tu trabajo. — Le dice con una pequeña sonrisa disimulada. — Estaré bien, no sé por qué se preocupan tanto. — (Ay, cariño... Si tan solo supieras todos los problemas que puedes tener por tu aroma.) — Pensó. — Es porque es tu primera vez en el trabajo, pero cualquier cosa me escribes, me mandas fotos y todo eso... ¿Ok?… Sin ti este lugar será un poco aburrido. — Le dice divertida haciendo sonreír a Katherine quien se acerca hacía ella y la abraza. — Sé que solo somos compañeras de trabajo, pero de verdad espero que seamos amigas, Mar... Me caes muy bien. — Aunque que la morena pudiera corresponder el abrazo la de cabello cobrizo se separó de ella para sonreírle por última vez. — Adiós, Mar. Nos veremos luego... — Katherine camina hacia el chófer de Martin quien le abre la puerta y le deja que suba. La morena se había quedado allí, parada sin haber respondido a ningún afecto de la humana, solo observó como el auto se perdía entre la autopista. — ⟨¿Estás bien?…⟩ — La pregunta que le estaba haciendo su loba había sido porque desde hace años nadie le daba algún afecto físico que fuera con buenas intenciones. — (Sí...) — Le dice en su mente, pero sabía que aquello era mentira, no se sentía del todo bien. (…) Al llegar al aeropuerto el chófer le abre la puerta y la ayuda a bajar, en la entrada sé encontraba Martin quien al solo verla deja posar en su rostro una sonrisa. Katherine también sonríe acercándose hacia él para luego abrazarlo, Martin deja posar sus brazos en la cadera de la mujer y los dos se observan para luego darse un beso que no dura muchos segundos. — Te ves muy hermosa, cariño. — Le dice con una sonrisa separándose del abrazo para luego tomar su mano. — Muchas gracias, amor. Estaba muy emocionada por el viaje y verte a ti... — Katherine sabía que la obra había comenzado y que no podía cometer ningún error a partir de ahora. Debería de actuar como era y no le importaba nada... — Lleva sus maletas adentro. — Le dice a su chofer personal quien asiente con su cabeza y entra llevando las cosas de la mujer. — Adentro están todos, te los voy a presentar. — La actitud de Martin era calmada ante ella, el olor tan dulce que dejaba en el aire era como una pequeña droga que calmaba a cualquiera, pero él no la podía oler. Solo le bastaba la presencia de Katherine. — ¿A dónde iremos, cariño? — Le pregunta mientras que los dos caminaban dentro del aeropuerto. — Mi hijo decidió ir a Hawái, los boletos están listo al igual que la recepción en el hotel. Entre la multitud de la gente en el aeropuerto había un hombre con un traje n***o que estaba esperando a una persona, y a él le había llegado un olor dulce haciendo que su lobo interior saltará dentro del él frenéticamente como si fuera un cachorro. — ⟨¡Es ella, es ella!…⟩ — Gritaba el lobo interior de Dominik haciendo que el otro no entendiera nada. — ⟨¡Búscala ahora!, ¡Te estoy diciendo que la busques!⟩ — Le demanda con una voz molesta y gruesa, se sentía ansioso... Desesperado. — (¿¡Que coño te pasa!?, ¡Cálmate estamos en un lugar público!) — Le reclama dentro de sus pensamientos. — ⟨¡Es nuestra Soulmate!, ¡Es ella!⟩ — Dominik al escuchar aquello no pudo evitar abrir sus ojos ante el asombro de lo que le dijo su lobo, después de tantos años buscándola... Después de todo lo que el mismo había pasado, ¿Estaba allí?… — (No... No... Ella...) — Era increíble como el gran Alfa Dominik König estaba balbuceando en sus propios pensamientos. Axel quien era su lobo interior se molestaba aún más queriendo tomar el control del cuerpo de Dominik para que de una vez por todas buscará a su Soulmate. — ⟨¡¡Te estoy diciendo que la busques, Dominik!!⟩ — Aquel grito hizo que el nombrado dejara su trance y con un gruñido que escucharon sus propios guardias que estaban con él, comenzó a buscarla entre la multitud. Katherine se encontraba de la mano de Martin caminando por el aeropuerto, la familia de su cliente estaban ya esperando el vuelo y tenían que ir hacia allá para verlos. La de cabello cobrizo estaba más que encantada con el comportamiento de Martin, era todo un caballero. Martin fue el primero en dar su boleta para luego pasar a la otra sección, Katherine también entrego su boleto y entro al lugar. Detrás de ellos se encontraba un Dominik quien empujaba varias personas y sus propios guardias se disculpaban por el comportamiento de su jefe, no entendían que estaba pasando o porque actuaba de esa manera tan desesperada... Era como si buscará a alguien... Y así lo era... El olor lo había guiado hasta la sala donde tienen que esperar los aviones, pero cuando quería pasar por las máquinas un trabajador del aeropuerto lo detuvo. — Su boleto, por favor. — Se lo pide amablemente dejando a Dominik muy molesto. — No tengo, necesito pasar. — Le dice con desesperación. — Lo siento, no pueden pasar si no tiene boletos. Por favor retírese de la cola, otras personas están esperando pasar. — ¿¡No estás escuchando que necesito pasar!?, ¡Estoy buscando a alguien! — Los guardias que venían con Dominik sabían cómo terminaría todo si su jefe seguía así, lo tomaron del abrazo para alejarlo de allí, pero este se intentaba soltar del agarre. — ¡Suélteme! — Les grita, pero no le hacen caso. Lo único que pudo ver más adelante de dónde no pudo pasar... Fue un hermoso cabello rizado color cobrizo…
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