Bella Los últimos dos días no hubo nada, completamente nada. Miré por todos los medios y era como si mi nombre se esfumara de la boca de todos. —Mamá, te he dicho que toques antes de entrar, por favor—estar en su casa para ella era como si me devolviera a los trece años, entraba cada vez que le daba la gana y antes de que me diera cuenta estaba sentada o acostada en la cama mientras me miraba. —Lo siento, ya sabes que se me olvida. Solo quiero saber si Elio vendrá hoy. —No, lo llamé temprano, tenía un almuerzo con su abuelo o algo así. Ya no vendrá en la semana. —¿Por qué no? —Ya no quiero molestarlo, seguro que tiene cosas que hacer. ¿Sabías que él está a cargo de la empresa de su abuelo? —Sí, claro que lo sabía. —No me dijiste nada—antes de que me diera cuenta ya ella esta