Ian
Sus ojos me decían lo mismo que había escuchado, estaba enojada, no me quería ver ni en figurita, me detestaba, lo sabía, pero las cosas seguían ahí, el cariño estaba, con tintes de enojos, pero estaba, ella sentía cariño hacia mí, en el fondo, cubierto de mi mierda, pero seguía ahí y esperaba que no se borrara.
— Lo merezco, pero solo te pido que me entiendas nena – suspire – No confió en nadie, no lo hago, no en quienes se involucren en mi vida de manera tan personal, Nathan conoció la historia desde el principio, Chiara también, pero ellos no influyen en mi vida privada, no de la manera en que lo haces tú – junto sus cejas.
— Ya no influyo en tu vida, nunca lo hice, no me tuviste en cuenta – su enojo salía como darnos afilados.
Ella no lo entendía, todavía no comprendía el g
