Capítulo 2 "Le rosse" II Parte

2359 Words
Era dentro de todo una mujer positiva, sabia que su abuela donde quiera que estuviera también la apoyaba para seguir adelante Aunque siguiera siendo una completa locura —Dos cosas bella signorina, tengo un  apartamento en Roma y vengo a este hotel por negocios de vez en cuando, es uno de mis favoritos, no me estaré por mucho tiempo, un amigo vendrá de visita esta noche —Dijo Mauricio —Oh, pues según internet, parece un lugar muy lindo —Contesto Grecia a punto de dar por terminada la conversación, las horas de vuelo empezaban a pasarle factura y ya sentía sus parpados algo pesados a causa del cansancio —Lo es — Mauricio tenía una mirada penetrante y algo inquisidora que empezaba a ponerla nerviosa —Cosi… Que la trae a Florencia bella donna? —Pregunto el italiano ya por segunda vez durante el trayecto en un tono muy curioso Grecia frunció el ceño pensando en una buena respuesta para el hombre —Bueno, pues… Quiero cambiar de aires por unos días —Respondió Grecia, no era una mentira, era una verdad a medias sin tantos detalles, no estaba mal —Che meraviglia —Mauricio alzo las manos sobre su cabeza —Toda Italia es una meraviglia signorina Grecia le ofreció una sonrisa antes de volver a centrar su atención a su alrededor, a medida que avanzaban las calles dejaban al descubierto la hermosa arquitectura, podía no solo ver sino que también sentir el arte y la historia, bien podía visualizar en su mente la época del Renacimiento en aquel lugar donde todo comenzó Se sentía excitada y emocionada entre todo aquello Florencia es una ciudad nada menos que maravillosa Al cabo de aproximadamente media hora o un poco más al fin la limo se detuvo frente al hotel Le rosse y Grecia sintió los nervios volver de repente, aquel lugar seria su casa por  poco más de una semana, un pequeño ataque de pánico amenaza con hacerla hiperventilas dentro de la limo pero se obligo a controlar su emociones y sus miedos, levanto la barbilla y hecho sus hombros hacia atrás mientras tomaba valor para bajarse del vehículo Sin embargo el chofer se le adelanto abriendo la puerta para ella y para Mauricio quien no estaba ni la mitad de fascinado que ella por el lugar “Supongo que realmente esta muy acostumbrado  a todo esto” pensó Grecia mirando asombrada toda la estructura en frente de ella Desde una esquina del hotel se encontraba la puerta principal con un gran toldo en hierro forjado con detalles del mismo materias, algunas flores y formas que llamaron su atención, el exterior del hotel hacia contraste  con la demás arquitectura a su alrededor, era un edificio muy alto y alzando la vista se fijo en la sombra de otra estructura detrás del hotel, sabia por los folletos y las imágenes en internet que se trataba de una ala aparte, habían varias terrazas que sabia que podían apartarse para hacerlas privadas, sabia que habia un bar tipo club en el sótano del hotel y que habían jacuzzis por varios lugares del hotel Tenía intensión de hacer un recorrido exhaustivo del lugar antes de irse   —Bueno, aquí estamos bella —Suspiro Mauricio tomando las maletas de los dos antes de que Grecia pudiera protestar —Déjeme ayudarla signorina, su viaje fue largo y se ve cansada Y como si sus palabras fueran una especie de señal en ese momento ella suelta un bostezo y al segundo cubre con su mano su boca sintiendo un sonrojo calentar sus mejillas al mismo tiempo que se sentía avergonzada Mauricio sonrió mostrando todos sus dientes y guiñándole un ojo antes de dirigirse al hotel Grecia se apresuro a seguirlo a pesar de los grandes pasos que daba el hombre Ya en recepción dio un vistazo al interior y su boca cayó abierta al ver el gran cambio, mientras que el exterior del hotel hacia un intento por mantenerse a la par con la demás arquitectura de Florencia el interior era puro lujo a donde quiera que Grecia mirara Habian muchos visitantes y veía incluso algunos turista en el lugar pero su atención estaba fija en las paredes y en el techo del lugar, se trataba de un techo alto con un hermoso y muy realista paisaje del cielo, habían algunas figura de yeso en las esquinas que le recordaban a las obras de Miguel Angel, el suelo de porcelana contrastaba con las paredes Beige del lugar y una gran alfombra azul rey se extendía  en varias direcciones hasta incluso por un pequeño tramo de escaleras que llevaba al segundo piso a pesar de que el lugar contaba con un ascensor  que no tardo mucho en descubrir ya que se encontraba justo a un lado de la recepción El lugar simplemente era Impresionante —Qué hermoso —Susurro Grecia perdida en el paisaje en el cielo raso —La verdad… Lo es. —Murmuro Mauricio quien se había detenido y al igual que ella aprecio el lugar aunque por solo unos segundos antes de tocar el timbre sobre el mostrador de mármol en frente de ellos Grecia desvió la mirada y presto atención al hombre con un traje azul que había llegado detrás del mostrador en frente El hombre debía de tener alrededor de treinta año o un poco más, vestía un chaleco azul verde agua sobre una camisa de botones blanca y un clásico pantalón n***o de vestir —Uh, turista—Dijo el hombre con acento italiano mientras le ofrecía una sonrisa a Grecia —Buongiorno, bienvenidos a  nuestro hotel "Le rosse", mi nombre es Giovanni, en que puedo servirle signorina? ¿Tiene reservada una habitación?   Grecia asintió sonriente  y empezó a decirle sus datos antes de mostrar su identificación y su pasaporte, el hombre tecleo algo en un computador a su lado para luego sonreírle y entregarle una llave que colgaba de una cadena dorada y al otro extremo de ella una tarjeta con un dibujo en relieve de una rosa en color salmón y más abajo un numero que leia: Habitación 501 “Cuantas habitaciones tiene este lugar” pensó Grecia intentando disimular su sorpresa, realmente le había llamado mucho la atención el lugar, en cuanto apariencia y las reseñas eran muy buenas, de tener tantas habitaciones de seguro era un hotel excepcional Y de tener huéspedes como Mauricio y costar una pequeña fortuna con todo y reservación, de seguro lo era Ignoro el leve pinchazo de realidad que quería empezar a filtrarse en ella recodándole que no pertenecía a un mundo como ese pero… “¿qué tiene de malo darse un gusto por una vez en la vida?” Grecia ignoro la sensación, tomo la llave y antes de ir  por sus cosas tanto ella como Mauricio, quien tenía intención de seguir siendo su propia “mula de carga”, pues aun no parecía querer soltar su maleta hasta que fueron interrumpidos por la voz del recepcionista —Nuestro botones se hará cargo —Dijo Giovanni y luego de presionar unas teclas en un teléfono de mesa sobre el mostrados al minuto un chico con un traje de uniforme color verde agua  se presento en frente de ellos —Bueno, creo que la veré luego mi bella donna —Mauricio ladeo la cabeza dándole una pequeña sonrisa —Fue un placer señor Ferrara —Dice Grecia —Me gustaría que me llamaras por mi nombre mi bella Grecia — Mauricio le guiño un ojo bien coqueto  Grecia se rio a pesar del cansancio —Como digas Mauricio —Se despidió con una mano antes de seguir al botones hacia el ascensor Ya en el interior se fija en que la pared a su lado esta con un espejo que cumbre de lago y ancho uno de los lados, en el interior habia una alfombra azul rey con brillo, una barra de metal plateada a su lado para sujetarse en algunos casos, la pared metaliza detrás de ella y el lado contrario al espejo estaban  tapizados de una tela aterciopelada de color blanco haciendo contraste con el suelo, lo demás eran detalles en hierro forjados color dorado Al lado de la puerta del ascensor se encontraban los números y una pequeña pantalla que marcaba el piso en el que se encontraban La caja de metal se detuvo en el quinto piso y el botones se apresuro a salir con Grecia pisando sus talones El chico no habia medido palabra desde que Grecia lo habia visto y eso empezaba a inquietarle por alguna razón “¿Sera por el idioma?” se pregunto asi misma, cabía la gran posibilidad de que el joven no le entendiera ni una palabra y por ello guardaba silencio “O quizás entablar conversación con los huéspedes no era parte de su trabajo” También era una posibilidad, sin embargo el silencio empezaba a parecer inquietante  y la ponía nerviosa por momentos —Yo…eh… Hola —Grecia dijo detrás del chico y espero unos segundos por una respuesta pero el muchacho hacia como si ella no hubiese dicho algo Ni se inmuto Pasaron por una pequeña estancia con algunos muebles y de resto un corredor con mucho espacio entre las habitaciones a sus lados, el lugar conservaba los mismos colores y la alfombra de la recepción, al menos esta esa extensión del hotel lo hacia Mientras tanto el chico en frente de ella con su equipaje sonreía mirando al frente y aparentemente sin prestarle la más mínima atención —Mmm que lindo lugar —Murmuro Grecia  sin dejar de mirar al botones —¿De casualidad no sabrás la hora? Grecia se detuvo obligándose a no dar un paso más, se sentía indignada, ignorada de una muy mala manera, casi parecía una burla Pasaron los segundos y el chico ni siquiera se daba la vuelta o la miraba de reojo Nada El chico se detuvo en  medio del pacillo en frente de una  puerta a su derecha mientras que Grecia aun seguía sin dar un paso y entrecerrando los ojos hacia el botones Quizás no era la mejor reacción de su parte pero tenía que admitir que la situación simplemente la desconcertaba Cuando el joven hombre dejo sus maletas dentro de la habitación y empezó a buscarla con la mirada y se dio cuenta de lo apartada y apática que estaba hizo un leve movimiento con su cabeza hacia la habitación ofreciéndole una pequeña sonrisa “¿Ahora si?” Grecia entrecerró los ojos caminando en dirección al hombre sintiendo el cansancio dar paso a la rabia y la indignación Señalo al hombre con su dedo índice y justo cuando abrió la boca para decirle sus cuatro cosas al chico, este movio sus manos en frente de ella y empezó a gesticular como si de un lenguaje de señas se trataba Y eso era El chico le sonrió inclinando su cabeza y la llave que también abrió la puerta en las manos de Grecia mientras aquella sentía su rostro ponerse rojo de vergüenza una vez más ¿Qué estaba mal con ella? Estuvo a punto de  ser la mujer menos educada en el planeta sino fuera por se dio cuenta de que el chico era sordo mudo y por eso no hacia mayor intento de comunicarse con ella “Tan solo hacia su trabajo” Cerrando los ojos con fuerza entró dentro de la habitación cerrando la puerta detrás de si Al abrirlos una vez más no pudo evitar soltar un pequeño jadeo de asombro al ver el interior del lugar Lo primero que se veía al entrar en una gran cama King Size que de inmediato llamo su atención, cubierta de edredones gruesos de un color blanco con almohadones del mismo color y en azul, detrás habia una cabecera con tapizado diagonales de un color champan que le recordaba a la figura de los diamantes, en ambos lados una mesa de noche de lo que parecía madera, con una pequeñas lámpara encima de cada una, del otro lado se encontraba un pequeño teléfono de mesa, dos banquillos amueblados se encontraban al final de la cama, en una esquina habia un pequeño escritorio con un pequeño arreglo de rosas amarillas y a su lado un closet con puertas de madera color caoba, en el medio un gran televisor de pantalla plana con su mando a distancia, diviso una puerta blanca al lado y supuso que ese era el baño y al entrar para darle un  vistazo trago seco al verlo —Dios mio  —Susurro, sus ojos pasaron por cada rincón del baño, lo que la cautivo de lleno habia sido le tina empotrada de cerámica y al lado una ventana que daba al paisaje de Florencia, el piso era lo suficientemente alto como para brindarle la comedida de apreciar la vista mientras tomaba un relajante baño y su lado un pequeño estante con toallas dobladas en forma de una rosa, todo el lugar era de una cerámica color beige y tenia una ducha en una esquina con puertas de vidrio, el inodoro con unos productos de aseo personal y un lavamanos con un hermoso espejo en frente y detalles en cerámica color cafe alrededor en forma de diamantes Después de dejar sus maleta aun al lado de la puerta se volvió  a la cama y sin más preámbulo se dejo caer sobre el suave colchón sobre ella suspirando cuando el cansancio fue difícil de ignorar y la siesta imposible de aplazar por más tiempo, simplemente sus ojos se cerraron lo más su cabeza hizo contacto con la almohada y lo único que supo fue que se estaba dejando llevar por los brazos de Morfeo Sabía que al despertarse volvaria a seguir con su loca aventura, disfrutaría a lo grande del viaje y de "Le rosse” y se pondría manos a la obra buscando la forma de prepararse mental y emocionalmente para cuando volviera a su casa y al mundo real en New York Al menos era una extraordinaria forma de empezar, no?
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