Julián. —Ya tranquila. —No puedo. —aprieta mi mano con fuerza—. Tengo mucho miedo. —Vas a ver que cuando este en el aire ya no vas a sentir nada. —¿No me mientes?. —lo dice casi llorando. —Para nada. —nos informan que el avión va a despegar y me aprieta la mano hasta el punto de casi estrugirla. —¡Ay mierda! ¡Ay mierda!. —aprieta sus labios y cierra los ojos—. ¿Cuando va a pasar?. —Listo, ya pasó. —me mira y su mirada es rara. —Siento nauseas. —Ahí te traigo agua. —agarro una botellita y se la doy— Toma tranquila. —toma de a sorbos pero toda la botella—. ¿Mejor?. —No. —tira la cabeza hacia atrás jadeando—. ¿No podías elegir algo donde no haya que volar?. —Quiero que conozcas el mundo nena. —En este momento no quiero conocer nada. —Debes ir acostumbrandote así podemos s