Dos días después: 4 de julio
Han pasado dos días desde que regrese de Roma y sinceramente me siento una persona muy distinta a la que era cuando partí a aquel viaje. No sé si ha sido el hecho de recordar lo que ocurrió aquella fatídica noche donde viví la peor pesadilla de mi vida, o es que me estoy volviendo loca por aquel accidente del otro día con Mykel.
«Debes dejar de ser tan tonta» pienso mientras que termino de darle de comer a Malí.
Supongo que son tantas las cosas que han estado pasando en mi vida últimamente, que no puedo concentrarme en nada. Es como si mi mente fuese un desorden total entre todos estos pensamientos. Por una parte, están todas estas ideas de cómo podría enfrentarme a un hombre como Latchan William, y por otro lado pienso en mi familia, en que serían capaces
