Serenity, sentada frente a la escena de la familia de Jord, Cyra y Kieran, los observaba con ojos soñadores y una sonrisa suave curvando sus labios. Casi sin pensarlo, ella llevó su mano hacia su vientre, acariciándolo suavemente mientras imaginaba a sus futuros hijos y las conversaciones similares que tendría con Gideón en donde él también querría tener guerreros, y ella, en el fondo deseando jóvenes eruditos. Un suspiro escapó de sus labios al pensar en la situación por tan solo ver al Eternal de la casa Astralis. «Hubiese adoptado a Kieran, pero... a él no le agrado tanto como se ve que ama a Cyra y Jord. Tampoco quiere mucho a mi hermana, quizás porque somos Eternals, no le gusta, lo entiendo, él no quiere tener nada que le recuerde a su linaje», reflexionó Serenity, con su mirada en