Mientras todo eso ocurría, las otras tres doncellas que estaban ahí permanecieron muy calladas, observando aquello con mucha curiosidad, pues nunca habían visto a Thorger tan insistente en algo que no fuera sobre pelear, sitiar ciudades o perderse con Atalia cuando tenía la oportunidad. Por otra parte, Cyra no perdió el tiempo y sin más hizo saber al capitán lo que la joven había dicho, que aceptó la invitación. Esto hizo que Thorger sonriera, mostrando sus dientes blancos, emocionado, pero luego se tornó serio asintiendo con la cabeza. —Bien —fue lo único que dijo Thorger sin dejar de mirar a Belle, quien hizo una mueca de disgusto que trató de disimular lo mejor que pudo, pensando: «Qué intenso... ¿no se da cuenta que no lo quiero cerca? Algo trama, estaré atenta», se dijo Serabelle mi