El corazón de Serenity latía con fuerza dentro de su pecho, sus manos temblaban ligeramente mientras tragaba saliva en un intento por reunir valor. La tenue luz de las velas danzaba sobre su rostro, resaltando su mirada vulnerable mientras sus ojos buscaban los de Gideón. Un silencio lleno de emociones llenaba la alcoba real. —Como ya habías dicho, mi señor —comenzó Serenity con voz temblorosa—, Varkan me desposó únicamente por mi magia, pero... no fue por mi poder de sanación o mi capacidad de transformarme en un Auralas lo que él deseaba de mí. Acomodándose sobre la cama, Serenity se envolvió en la manta y se sentó, un gesto casi protector mientras el frío de la noche ya se sentía porque la chimenea no estaba encendida. Gideón la imitó y también tomó asiento, cubriendo su desnudez con