En la intimidad del Salón de Preparación, los labios de Serenity y Gideón se encontraban en un beso hambriento, ya que ellos eran incapaces de resistirse la atracción abrasadora que ardía entre ellos. Acostados sobre la estera, se abrazaron con urgencia, mientras Gideón colocaba suavemente a su esposa debajo de él. Las manos ansiosas de Serenity recorrieron la musculatura definida del torso de su marido, apreciando la piel aceitosa y perfumada por el aceite que había usado para darle aquellos exquisitos masajes.
Aunque en los planes de la pareja no estaba hacer el amor en ese momento, ya no había vuelta atrás. No pudieron evitar dejarse llevar por la pasión que siempre se desataba entre ellos. Con movimientos lentos pero decididos, él le quitó la ropa interior a Serenity, levantando delic
