Ese mismo día, pero durante las cálidas horas de la tarde, mientras los rayos del sol teñían las altas torres del palacio real de Zythos, Serenity y Gideón permanecían recluidos en la intimidad de sus aposentos, entregados a la pasión desatada de su amor. Un aire de alegría se sentía en cada rincón del vasto castillo, pues todos sabían que su rey disfrutaba del mejor momento del casamiento junto a su hermosa esposa, la extranjera de Avalonia.
Tras la partida de Serabelle junto a las doncellas, Thorger no perdió tiempo y se encaminó presuroso hacia la enorme biblioteca real. Cuando llegó a aquel lugar solitario, no perdió ni un segundo y comenzó a buscar afanosamente los volúmenes correspondientes al estudio de idiomas. Sin embargo, cuando se sentó y comenzó a hojear las páginas, no transc
