En el camino hacia el comedor, Serabelle caminaba al lado de su hermana Serenity, relatándole con voz baja y mejillas sonrosadas su reciente experiencia con Thorger, sin agregar tantos detalles en cuanto a la intimidad, porque no deseaba ser tan explicita. Durante todo el relato, los ojos de Belle brillaban con la emoción del recuerdo, mientras que Serenity la escuchaba con atención, con sus finas cejas arqueadas en una expresión de asombro. Jamás, ni en sus sueños más inverosímiles, habría imaginado que su hermana terminaría cayendo rendida ante las garras del deseo en los musculosos brazos de un hombre lobo en un abrir y cerrar de ojos.
—¿Te dijo que eras su destinada? —preguntó Serenity, sintiendo la curiosidad destellando en sus orbes grises mientras clavaba su mirada en Belle.
—Pues
