Un escalofrío recorrió la espalda de Belle al sentirse observada. Aunque no entendía nada de lo que ese par de hombres lobo estaban hablando, un leve rubor tiñó sus mejillas mientras fruncía el ceño, porque ella podía sospechar que estaban hablando de ella. —Es su compañera, hoy me di cuenta. Le fastidia Atalia, seguramente ella también lo sabe —respondió Gideón con otro suspiro pesado—. No es lo que él esperaba, por eso no lo quiere admitir. El rey negó con la cabeza, al mismo tiempo que una sonrisa irónica curvaban sus labios mientras continuaban caminando. —Él quizás quería que su destinada fuera una mujer parecida a Atalia, y le tocó una pequeña maga que parece una flor —comentó Jord, su mirada recorriendo a Belle de arriba abajo. Desde la perspectiva de Serenity y Belle, escuchaba