Jefe narrando Ver la sonrisa de esta mujer no tiene precio, tengo que protegerla, cueste lo que cueste, esta semana hay una reunión del comando y ni siquiera sé si quiero llevarla a ese lugar, no quiero exponerla a los enemigos, sé que se convertirá en objetivo y no lo permitiré, nos sentamos en la cabaña mirando el mar y ella se quedó pensativa —¿Estás bien? —le pregunto, ella me mira y luego vuelve a mirar al mar. —Sí, solo extraño a mi madre, siempre veníamos a la playa los fines de semana, no importaba cómo hubiera sido la semana, los domingos teníamos que venir aquí, era ley, siempre encontraba una manera de unirnos a Julio y a mí, creo que sabía que al final solo quedaríamos él y yo —ella dice con voz triste. —Tu madre debe estar muy orgullosa de ti, tu hermano metió la pata, per