El regreso a casa fue más fácil y relajado, le agradecí a Elda por todo y me disculpe por el cambio de horario que habíamos tenido, cuando viajamos le mencioné que el viernes estaríamos de regreso y fue hasta el sábado por la mañana, cuando llegamos a casa Madeleine estaba tocando su violín. En ese momento mi teléfono se escuchó, el nombre de Thiago apareció en la pantalla y recordé que no lo había llamado. –Hola Thiago –saludé. –Buenos días señorita O’Neill, le informó que los documentos ya están corregidos y puede pasar a verificarlos. –Déjalos en mi oficina y llegaré el lunes. –Está bien. –Espera –lo interrumpí recordando que debo ir a Beauxx el lunes –. Sí déjalos en mi oficina y voy a llegar mañana, te los dejo en el mismo lugar para que los recojas. –Como usted diga. –