Me detuve frente al edificio de la empresa, mi padre había construido este imperio con su astucia, él se encargaba de negocios internacionales, mediadores comprando empresas extranjeras, cerrando tratos que nos beneficiaban a todos y al final las vendía a otras empresas, un negocio algo tramposo, pero el dinero que dejaba era inmenso. Siempre tuvimos una buena vida, nunca nos faltó nada, ni siquiera el cariño de nuestros padres porque mamá estaba en casa todo el tiempo haciéndose cargo de nosotros, había sirvientes para cocinar y los aseos de la casa, el personal era tanto que no podíamos saber el nombre de todos incluso de las otras casas que tenía, pero la favorita de papá era la casa del lago por eso luche por ella.
Richard estaba esperándome cerca del ascensor, quería hacer esto rápido, subimos directo a la oficina de Sean, espero que tenga al menos los documentos para revisarlos.
–Creo que debí traer un asesor financiero –mencioné.
–Podemos llamar a alguien para que venga, conozco a unos buenos asesores.
–Lo haré yo y si no logro recordar mis estudios entonces sí lo haré –sonreí –. Solo quiero que esto termine pronto.
–Maggie, tengo que decirte algo, es mi deber hacerlo aunque sabes que Sean también es mi amigo.
–¿Le pasa algo a Sean?
–No exactamente –respondió –. Me tomé la libertad de pedir todos los documentos correspondientes sobre el acuerdo nupcial para el divorcio, sus padres hicieron una cláusula con referencia a la infidelidad, si alguno fallaba el contrato se disuelve y todo queda a la parte afectada.
–¿Qué quieres decir con eso?
Espero que no sea lo que creo que significa, mi padre no sería capaz de colocar esa cláusula.
–Que si te divorcias por la infidelidad de Sean, tú te quedarías con las empresas O'Neill y las empresas Ford.
–¡Pero ellos quedarían en la calle! ¡No le puedo hacer! ¿Por qué colocarían una cláusula tan tonta?
–Yo no hice ese contrato, pero parece que era como una amenaza a cualquier de las dos familias.
–No quiero nada de los Ford –exprese –. Solo tramita el divorcio y que cada quien se quede con lo que le corresponde.
–Tienes un gran corazón, Maggie.
Esas palabras me hicieron sentir un poco mejor, Richard siempre ha sido alguien importante para mí.
No necesitaba nada de Sean, cuando papá murió un año después de nuestro matrimonio, fue una sorpresa que me dejará el 51% de la empresa a mí, el otro 25% era para Sean, mamá se quedó con la casa y mi hermana menor se quedó con algunas propiedades fuera de la ciudad con el último 24% de la empresa, ella se mudo al recibir la noticia y yo me hice cargo de mamá o más bien Sean era quien se encargaba de sus gastos de su casa y el manejo de la empresa.
El ascensor se abrió y fuimos directo a la oficina de Sean, Jennifer no estaba en su escritorio, no le di mucha importancia hasta que Richard abrió la puerta y lo primero que ví fue a Sean junto a Jennifer, estaban cerca con las manos entrelazadas, fue como una daga a mi corazón, era demasiado para mí.
Sean se separó de inmediato al ponerse de pie.
–Maggie, Richard, no los esperaba tan temprano.
–Quiero salir de esto lo antes posible –escupí –. Espero que ya tengas todo preparado como para tener tiempo libre.
–Maggie, esto no es lo que parece…
–No necesito que me des explicaciones, Sean –lo interrumpí –. Solo quiero revisar los documentos de la empresa –miré a Jennifer que estaba sentada aún en el sofá, me dió tanto coraje, pero no estaba para hacer un escandalo –. Apresúrate que no tengo todo el día.
Ella se levantó en seguida hacia su escritorio.
–¿Qué haces aquí, Richard?
–Yo le pedí que viniera, no voy a estar contigo si no hay un abogado presente.
–Por favor, Maggie, no sigas con ese tema.
–Disculpa –señalé el sofá –. No eras tú el que estaba ahí sentado con su asistente a punto de besarse.
–No nos íbamos a besar, estaba hablando con ella sobre lo que sucede…
–Excelente, darle las magníficas noticias que al fin te vas a divorciar de la bruja de tu esposa.
Jennifer entró de prisa diciendo me estaban esperando en el área de finanzas, ellos me darían el acceso a todo. Me di la vuelta para salir de allí.
–¡No te voy a dar el divorcio! –exclamó Sean –. Todo esto es una gran estupidez, una confusión, una tontería, Maggie. No voy a tirar a la basura tres años de matrimonio y muchas explicaciones a la prensa y nuestras familias, somos un buen matrimonio, eres mía y te amo, así que vamos a seguir casados hasta que lo resolvamos.
–Eso lo hubieras pensado antes de acostarte con otra mujer –escupí –. Y te advierto que a mí no me amenazas, si no me das el divorcio entonces usaré el contrato que hicieron nuestros padres y te quitaré todo.
–¿De qué estás hablando?
–Que nuestros padres hicieron un contrato que si uno de nosotros era infiel, la otra parte se quedaría con todo, pregúntale a tu padre si quieres –mencioné –. Así que más te vale firmar el divorcio y dejarme en paz o te quitaré todo, hasta la casa donde viven tus padres.
–No serías capaz de hacerlo.
–Pruebame, Sean – me di la vuelta y vi que Jennifer tenía una cara de espanto –. Seguro te va muy bien la vida de pobre.
Salí de ahí para dirigirme al área de finanzas, Richard se quedó un momento hablando con Sean, pasé la mayor parte del día en en ese lugar, recordé mejor de lo que esperaba mi carrera universitaria y fue muy fácil entender todo, después de todo no necesite un asesor financiero, fui el resto de la semana, evite subir a la oficina de Sean, me dejó en paz y yo pude ordenar un poco mis ideas y sentimientos, creo que iba a salir adelante sola, podía hacerlo.