Cuando el concierto terminó y nos despedimos del público que nos dio una gran ovación antes de salir, todos dieron un grito de alegría de lo bien que había salido, estaban emocionados diciendo que fue perfecto, además de abrazarse entre ellos comenzaron a decir que era hora de celebrar y finalmente romper con la sequía que estaban por las presentaciones, todos tenían prohibido emborracharse todo este tiempo, no mencioné nada de lo que hacía Madeleine en casa, era muy buena con el violín y creo que lo tocaba hasta dormida, tampoco hablé de lo que había hecho en mi día aunque todos creían que me mantenía en casa con mi hijo, no me gustaba hablar sobre mi vida, no es que pasará algo interesante. –¿Irás Maggie? –No lo creo –sonreí –. Ya tengo planes. Aleks me dijo que pasaría por mí al te