Chelsea se encontraba preparándole un té a su madre cuando su teléfono comenzó a sonar, era Fred quien la llamaba. Por un pequeño instante, pensó en rechazar la llamada pero luego recordó lo amable y paciente que ha sido con ella en esos últimos días, él no se merecía ser tratado con indiferencia. Siempre se preocupaba por ella, la llamaba, la consolaba cuando lo necesitaba en cambio Steve ni siquiera se molestó en preguntarle la razón por la que se había marchado de la empresa tan pronto esa tarde sabiendo muy bien que ella nunca lo hacía y, aún así su corazón lo deseaba, eso era algo que ella no entendía ni lo haría nunca, es curioso la forma de pensar de los seres humanos, somos máquinas demasiados complejas para ser comprendidas. —Hola Fred —dijo en cuanto respondió la llamada. —Hola