Mientras más vueltas le daba al asunto en su cabeza, más crecía el odio y el enojo en Larissa, ¿enojada? ni siquiera eso cubría una parte de lo que estaba sintiendo ella en ese momento, era ira lo que crecía desde su interior, estaba furiosa porque por un lado, Steve se pensaba que ella era tonta y la estaba queriendo dejar como la chica loca que ve fantasmas donde no los hay y, en segundo lugar, esa asistente de mierda se estaba creyendo con la autoridad para quitarle a su hombre justo en frente de sus propios ojos, definitivamente no tenía ni idea de quién era Larissa Hamilton, pero ya ella misma se encargaría de demostrárselo lo más próximo posible. Si hubiera podido, le hubiese arrojado a Steve el primer objeto que hubiese tenido a mano porque ella estaba consciente que la tal Chelse