Un solo examen.

1275 Words

–No me interesa, muñequita.– con mi mochila en mano salí del salón de clases. ¿Y ahora qué? No puedo estar en una aula con ella. Lo pensé dos segundos antes de volver a entrar. –Bienvenido señor Nicolás, ¿Ya podemos comenzar la clase o aún se tomará un tiempo para respirar afuera?– qué irritante es esta mujer. –No se detenga por mí, señorita.– comencé a caminar al asiento que tenía antes. –Señor Anderson, tome asiento enfrente.– volteé a ver a Mía quién me apuntaba a uno de los asientos que estaban en la primera fila justo frente a ella. –Prefiero sentarme atrás.– mencioné. –Lo siento, señor Anderson, pero aquí quién tiene la última palabra y la instructora soy yo, así que hágame el favor de tomar asiento para poder dar inicio a la clase o desea quedarse todo el día de pie. A ya de

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