—No tengo tiempo, el trabajo, visitar a Dione… —Su padre lo interrumpe.
—La hermosa Dione, ¿cómo está? ¿Cuándo nos visita? Mira que aún nos debe la cita en familia —le recuerda.
—No lo sé padre, esto se vuelve cada vez más complicado. —Hace una mueca.
—¿Tienen problemas? —Lo ve intrigado.
—Siempre los hay, pero ahora están afectando más que antes, imagínate que mi chica ahora tiene inseguridades, ella no era así, se desanima —le comenta y se detiene en la entrada.
—A lo mejor le vendrá sus días, todo estará bien, su amor es tan fuerte como para que renuncien a tres años de esfuerzos, sea lo que sea, sé que lo resolverán. —Palmea el hombro de su hijo.
—Estamos intentado vivir juntos, ¿sabes de alguien que quiera contratar a una psicóloga?
Su padre se alarma y lo ve con impresión.
—¿Está desempleada?
—No papá, solo que no quiere renunciar antes de no tener algo seguro, ella también está haciendo lo mismo por mí —le informa.
—¿Planeas renunciar? —Se pone serio.
—Si es para estar con Dione, no lo pensaría dos veces —responde sin problemas.
—No te dejaría cometer esa estupidez, nunca renuncies a tu trabajo por amor, luego te arrepentirás —le advierte con su dedo.
—Y obviamente me aconsejas eso por experiencia, ¿no? ¿Y que tal te funcionó eso? —contesta con algo de rencor.
Arden se adentra a la sala dejando a su padre sin habla y tal vez con algo de culpa.
Arden sentía que su padre no está arrepentido por no haber luchado para mantener a su primera familia junta, la madre de Arden siempre estuvo para su esposo, pero él estaba muy pendiente al trabajo.
Y bueno, cuando las peleas comenzaron, Jacob creía que la familia siempre iba a estar para él y que el trabajo no, por eso le dedicó más al trabajo, pero erró, porque también necesitaba dedicarle tiempo a su familia.
Y claro que no le agrada la idea de que su hijo no quiera convivir con él, pero tampoco sabe cómo atraerlo, creía que el trabajo era la clave, puesto que es un interés mutuo y algo que ambos pueden hacer juntos, ya que el resto de las invitaciones, Arden las ha rechazado.
Lo rechaza porque con su nueva pareja y familia, Jacob ha corregido el error, y Arden no se siente lo suficientemente importante en la vida de su padre para haber intentado eso en el pasado con su primera familia.
Sin embargo, algo dentro de él quiere estar con su padre y por eso ha aceptado trabajar con él, porque es algo de ellos, en cosas que tenga que ver con su nueva familia, a Arden lo hace sentir mal.
***
—¿Te monto los cuernos y piensas seguir con él? —Dione estaba atendiendo a una paciente.
Llevaba meses ayudándola a surgir sola, porque su esposo es agente de viaje y entonces nunca se encuentra en casa, la chica llegó al psicólogo por cuenta propia porque no sabía que hacer con su vida.
Dione siempre se ha mantenido profesional, pero escuchar la infidelidad es algo que la vuelve loca, sobre todo si la mujer está dispuesta a seguir llevando cachos.
—Sé que no está bien doctora, ¿pero que más hago? —Eliana en sí quería un consejo en vez de ser tratada.
—Sabes que no puedo decirte que hacer —le recuerda las reglas del lugar.
—Lo sé, pero es que necesito una amiga y desde que me casé, perdí todas mis amistades porque no les agrada mi esposo Thomas, eres mi primera amiga desde que me casé. —Se cubre los ojos para evitar llorar.
Dione no podía ser amiga de sus pacientes, eso era otro asunto en regla, ella ayudaba con ejercicios para que las personas tomen sus propias decisiones, más no influenciaba en ellos de forma muy directa.
—No soy tu amiga, soy tu psicóloga —responde con cierto desapego para marcar distancia.
—Por favor ayúdame, es que no siento correcto dejarlo. —Destapa su cara y la ve con súplica.
—No sé si nuestras sesiones te han ayudado, pero se supone que eres una mujer independiente en todos los sentidos, no entiendo porque estarías con un hombre que te hace daño —comenzó a hablar como Dione y no como psicóloga.
—Él solo me monta cacho, pero del resto es perfecto conmigo —intenta darle la cara buena.
—¿Vivirás bien con eso? Yo creo que es mejor que hagas lo que haga sentir mejor, ¿no crees? —sugiere Dione.
—Es que yo lo amo. —Se pone a llorar y comienza a fastidiarle a Dione.
—Entonces vayan a terapia juntos. —Anota la dirección en una y se la da—. Yo puedo ayudarlos con eso, pero aquí no. —Le ofrece el papel y Eliana lo recibe.
***
—¡¿Despedida?! Pero, ¿por qué? No he hecho nada malo. —Dione estaba sentada al frente de su jefe en la oficina.
Al día siguiente de trabajo en la semana, fue llamada directamente a su oficina.
—Lo sabemos y te hicimos una carta de trabajo muy elaborada para que consigas un nuevo empleo, eres de las mejores, pero la clienta que atendiste ayer, su esposo se dio cuenta de que ella venía así que nos dijo que teníamos que despedirte o iban a denunciar a la empresa porque dice que tú obligaste a su esposa a enfrentarlo —explica el jefe de Dione.
—Entiendo, me provocaba aconsejarla, pero jamás lo hice, solo le dije que deberían ir a terapia, seguramente ella le ofreció eso y tal vez rechazó, entonces ella amenazó con dejarlo si no lo hacía y es ahí donde entramos nosotros como última opción —deduce Dione conociendo a su cliente.
—Pobre mujer, pero créeme que esto es lo mejor, dijo que todo estaría bien, ni difamaría nada si renunciabas y no se trataba más con su esposa. —Su jefe niega con la cabeza seguidamente.
—Que gran gesto de su parte, no quiere que me quedé en la calle por su culpa —dice sarcástica.
¿Cómo conseguiría no ser contratada? Sencillo, la cliente es esposa de un hombre poderoso. Era muy injusto como aún en la actualidad habían mujeres sometidas por el hombre y sobretodo pagar por ello por una simple ayuda.
Dione se levanta de su silla con la frente en alto.
—Gracias por haberme enseñado todo estos últimos cinco años. —Le sonríe.
—Fue un placer para mí trabajar contigo. —También se levanta y le extiende la mano—. Ya verás que no tardarán un mes en contratarte, he enviado tu currículum a los mejores centros y claro, a colegas míos, cuando vean todo lo que has logrado en tan poco tiempo, no tardarán en llamarte —le asegura y Dione estrecha su mano.
—Muchísimas gracias, hasta luego. —Suelta su mano y sale de la oficina.
Dione podría soportar un mes sin empleo, bueno, realmente no, pero en tal caso de que así fuera, tenía el dinero ahorrado suficiente, ella estaba ahorrando para un viaje a Hawaii con Arden, era una sorpresa para su pareja de cumpleaños, siempre han querido ir, pero en vacaciones les resulta otros planes y ya luego vuelven a estar ocupados.