Él no sabía si estar molesto o divertido. —Es que no me gustaba como se me veía con ella. —¿O esperabas que te follara? —Muerde su labio con picardía. —No todo lo que hago es para provocarte Arden. —Lo mira algo seria. —Pues pareciera. —Se encoge de hombros con inocencia. —No Arden, lo que pasa es que se me marcaba mucho y no me gustaba —le explica. —¿Entonces que? Me gusta como te vistes, pero amor es imprudente que no te pongas ropa interior —susurra algo divertido—, sobre todo porque no se si podré controlarme. —dice juguetón. —¿A qué Dione conoces prudente? —pregunta muy graciosa y él niega su cabeza riendo, la veía enamorado. —Está bien, por suerte el vestido es ajustado y este no se elevará con el viento logrando una nueva visita turística de tu coño —bromea. —Si me