[ZAMIRA] Al día siguiente Si pudiera explicar la manera en la que late mi corazón, la describiría como el de un conejo. Según mi esposo o exesposo, o lo que sea en estos momentos, su corazón late muchísimo más rápido que el de un humano. Así le pasa al mío al verme de pie frente al internado donde está mi hija. —Estas temblando, ¿quieres que tenga al niño?— Me pregunta Sebastien y lleva razón. Me tiemblan las piernas, los brazos... en realidad mi cuerpo completo. Soñé tantos años con esto... —Por favor, no quiero que se me caiga. — Le pido y le entrego a Nico en sus brazos. —Entremos. — Propone y se atreve a dar los primeros pasos hacia la gran puerta doble de madera que está ubicada justo en el centro del alargado edificio de aspecto antiguo color gris. La recepción es lujosa, suelo