–––––––– Resignadamente los cinco se sentaron a la vera del camino. -Haber llegado hasta aquí y caer finalmente en las garras de Andropov me llena de rabia.- dijo Teresa con un gesto contraído. - Yo no me puedo perdonar haberte expuesto a esta situación- contestó Marcelo- debí haber abandonado el proyecto de venir desde el inicio. -No creo que llorar sobre la leche derramada traiga ningún provecho- reflexionó Emil- Mejor pensamos como vamos a enfrentar a Andropov. - Es un hombre despiadado, recurrirá a la tortura, el asesinato o a lo que le convenga. No tiene escrúpulos ni temor a nada. Lo que no sé es para que nos necesite- dijo Marcelo- ya conoce la posición de la caverna en Río, y con respecto a la patagónica, pronto será de dominio público. -Esto le deja la única motivación de el