Desperté, sintiendo un horrible dolor de cabeza. Resaca. Aunque no una muy fuerte, ya que soy muy joven como para que me dé tan duro como les da a los treintañeros. Hace mucho que yo no sentía algo así, no es una sensación muy común para mí, dado a que casi nunca bebo. Quise mover mis piernas, pero estaban atrapadas entre las piernas de Vlad, que había dormido conmigo. No me acordaba muy bien de lo que había dicho ayer, cuando el alcohol me había afectado el cerebro. Espero no haber dicho alguna burrada, o algo referente a mi fantasía con Marcela, que no es más que...mamarle esas perfectas tetas, pero claro, eso solo podría ser en mis sueños. Y por supuesto que esperaba no haber dicho algo sobre mi jefe. Él no me gusta, y de hecho siento que lo odio como nunca odié a algún hombre