Capítulo 1. Robín
Mi nombre es Robín tengo 18 años y mañana será el gran día, Marcus y yo nos daremos el sí ante la iglesia. Estoy tan emocionada que no puedo dormir, hace dos horas que estoy dando vueltas en mi cama y no puedo cerrar los ojos ni quitar la sonrisa de mi cara, además después de la muerte de mis padres él se ha convertido en mi único apoyo y ahora que lo han ascendido a gerente y lo transfirieron a la sucursal en la capital comenzaremos una nueva vida juntos, soy tan feliz.
Miro mi reloj y parece que ha pasado otra hora más, pero no es así, recién pasaron cinco minutos desde la última vez que mire el reloj, no puedo seguir así, volteo hacia un lado para encender la lámpara que está en la mesita de noche, pero no prende, acaso es un chiste, pienso. Me hospede en el mejor hotel del pueblo donde vivimos, para poder alistarme y salir desde aquí para la boda y ahora no hay luz, ¡no puede ser!, tomo mi teléfono, toco la pantalla para prender la linterna, con ella logro llegar a la puerta, buscaré a alguien que me ayude, necesito beber un poco de agua, la ansiedad a estas alturas me está matando y no aguantare así hasta mañana.
Llego a la puerta, avanzo unos pazos y mi celular se apaga, ¡no puede ser!, que mala suerte la mía, pienso. Claro recuerdo que no hay luz, así que, mi teléfono no debe haber cargado nada, lo coloco en el bolsillo de mi bata y continuo avanzando a oscuras, me guio por las paredes, a tientas, tocándolas logro llegar a la esquina del pasillo, pero, ahora sí que estoy un poco desubicada, el hotel era como un trébol, así que desde acá venían tres pasillos, uno de ellos me llevaría hacia un lobby y los otros dos hacia más habitaciones, como saber que pasillo tengo que tomar, bueno según mi instinto, me parece que debo seguir a la derecha, así que giro un poco y continuo por la derecha, voy muy pegada a la pared, no quiero tropezar con nada y llegar a mi boda con tremendo chinchón en la cabeza, de pronto siento que tropiezo con algo caliente, que no se siente para nada a una pared, de pronto siento que unas manos me envuelven y algo me jala y me introduce hacia el interior de una habitación, cuando intento gritar mi boca es cubierta por una mano y en mi oído siento la respiración de alguien, no puedo creer lo que me está pasando, acaso alguien me está tratando de retener a la fuerza, con todas mis fuerzas intento zafarme, pero no lo logro, muerdo la mano que me tiene sujeta y escucho un lamento, luego me lanzan a la cama y un cuerpo mucho más fuerte que yo se coloca sobre mi, cubriéndome por completo, intento salir a como de lugar, pero el cuerpo sobre mí me lo impide, al parecer es mucho más fuerte que yo, mientras más intento salir, siento que más fuerte me presiona,
-- Por favor-- le suplico casi en un susurro, cuando le escucho decir,
-- Por favor ayúdeme o moriré-- escucho que me dice y su voz esta rara, parece que estuviera adormecida o algo así, habla con dificultad, como si le hubiese picado un insecto en la lengua, como si se hubiese intoxicado, pero el sonido de su voz me hipnotiza, es como si sintiera que estuviera escuchado las palabras de un moribundo y no las de alguien que estaba a punto de hacerme daño,
-- Por favor, señor. Mañana me caso, se lo suplico déjeme ir-- le vuelvo a suplicar,
-- Si quiere le llamo a un servicio especial, yo… yo me he mantenido pura para mi novio, por favor entiéndame, se lo suplico-- le susurro, eso es algo que nadie sabe, Marcus y yo nunca lo hemos consumado. Siempre hemos dormido juntos y todos piensan que ya tuvimos relaciones, pero la verdad, es que no lo hemos hecho, nosotros aún no hemos llegado al final, hemos hecho muchas cosas, yo le he hecho sexo oral, él también me lo ha hecho a mí, hemos hecho el sesenta y nueve y otras poses, pero nunca ha habido más de eso, siempre lo mantuve en la raya para cuando por fin nos casemos y eso sería mañana, en unas pocas horas, así que no arruinaría mi vida de ninguna manera.
-- Señorita soy un hombre importante y me han drogado-- lo escucho susurrar
-- Si no me ayuda moriré en veinte minutos, no tengo tiempo. Ayúdeme por favor, no quiero dañarla se lo juro. Seré cuidadoso y se lo compensare-- lo escucho casi con muchísima dificultad, al parecer ya no podía hablar más, así que quise aprovechar la oportunidad para darle un golpe final, si ya no tenía fuerzas para hablar, entonces tampoco la tendría para retenerme, así que levante mi pierna para darle un golpe en sus partes, en el momento que pienso es el indicado, cuando todo da un giro no esperado,
-- Lo siento-- fue lo último que dijo antes de que yo sienta como su enorme masculinidad invadía mi cuerpo lentamente, no tuve tiempo de nada. Sus labios sellaron los míos, y lo único que se podía escuchar era lo siento en cada estocada que me daba, cerré los ojos y las lágrimas corrían por mis mejillas mientras que este desconocido las besaba, en que momento dejé de sentir dolor comencé a preguntarme, el dolor inicial había pasado y de pronto me sentía e un sueño erótico, esos que tienes después de haber estado con tu novio con el cual pensabas que tenías un orgasmo y que acabas de darte cuenta que en realidad nunca fue así, al parecer esta es la primera vez que tenía un verdadero orgasmo, esos de los que había escuchado a mis amigas y que pensaba que estaban exagerando, pero que aunque trataba de ocultar mi cuerpo reaccionaba, el temblor que acababa de sentir, las palpitaciones en el centro de mi feminidad el nudo que se formaba en mi vientre y ese chorro que lanzaba mi v****a y que no podía, no podía ocultar. Acaso fingía cuando estaba con Marcus me comencé a cuestionar en ese momento, porque siempre había que fingir para que él se sienta pleno, aunque tú nunca lo hayas estado, siempre que le hacía sexo oral a Marcus el terminaba teniendo un orgasmo, pero cuando él me lo hacía a mí, acaso yo nunca tuve uno, acaso siempre tuve que fingir para que no me digan que era frígida, porque todas mis amigas comentaban de sus hazañas y yo no recordaba haber experimentado las cosas que ellas contaban, pero la realidad era que ahora sentí todo con este hombre extraño. Siempre me decía que era porque no habíamos tenido sexo, pero ahora con este extraño estaba teniendo sensaciones totalmente diferentes, me hacía sentir cosas que nunca antes había sentido con Marcus, cosas que solo las había escuchado de boca de algunas de mis amigas, me temblaban las piernas, sentía mi abdomen duro, mis senos sensibles con su tacto, sus labios hacían maravillas en mi boca, me sentía mal respondiendo sus besos, acaso tengo el síndrome Estocolmo, acaso me voy a enamorar del hombre que me ha secuestrado para violarme, porque al final es lo que está haciendo, pero yo lo estoy disfrutando, acaso soy una enferma, mañana me caso y ahora estoy con un desconocido haciendo el amor y disfrutando por primera vez en mi vida lo que es el sexo, pensando en mí, me olvide de todo, me olvide de Marcus, de mi boda, de todo, esta vez, solo esta vez pensé en mí y así me quede dormida.
A la mañana siguiente escucho el sonido de mi alarma, ¿mi alarma?, ¡mi alarma!!!…
-- ¡Carajo mi alarma!-- abro un ojo y levanto la cabeza de la cama, escucho mi teléfono sonar, miro a mi alrededor y estoy en mi habitación, los recuerdos de la noche anterior pasan por mi mente, bajo mi cabeza para cubrirla con la almohada, acaso todo fue un sueño. Saco la almohada de mi cabeza y vuelvo a mirar a mi alrededor,
-- Carajo esta es mi habitación, pero como llegue acá-- miro mi teléfono y está conectado al cargador, como lo había dejado anoche antes de acostarme, acaso todo lo de anoche fue un sueño, no puede ser, si fue demasiado real. Me siento en la cama y todo mi cuerpo me duele, porque me dolería todo el cuerpo, si lo de anoche no hubiese sido real, descubro las sabanas y no hay nada extraño en mis sabanas, me paro de la cama y mis piernas comienzan a temblar, así que me vuelvo a sentar, no entiendo paso o no paso lo de anoche. Mis partes íntimas también me duelen un poco, eso quiere decir que, si me duelen así que, si tiene que haber pasado, pero como llegue a mi habitación, acaso yo solo volví después de aquello.
Camino hacia el cuarto de baño, las piernas me tiemblan, me miro en el espejo, mi rostro no muestra nada, sigo con mi cara de felicidad, ni siquiera tengo señales de sentirme culpable, pero porque me sentiría culpable, si yo no hice nada malo, ¿o sí?. ¿Acaso haber sentido placer? ¡No, no!. No debo pensar más en esto, pero como le digo a Marcus lo que paso anoche.
Ahora me rebano el cerebro tratando de pensar que hacer, cuando llaman a la puerta,
-- Señorita le han dejado este sobre en recepción-- me dice el conserje del hotel, me entrega un sobre sellado y luego se retira, que hago, acaso es de ese hombre, mejor no lo abro, seguro me pide disculpas y no quiero confirmar lo que paso anoche, mejor lo olvido y ya veo como lo soluciono con Marcus, él lo entenderá, yo lo sé.
Coloco el sobre en mi bolso y me meto al cuarto de baño, mi prima Jenny y las personas del spa de belleza deben llegar en una hora, así que mejor me doy un baño de una vez, debo estar relajada para cuando vengan, lleno la tina con agua caliente, le coloco las sales relajantes un poco de burbujas y me meto.
Una hora después, abro la puerta de mi habitación para que entre mi prima y el personal del spa, ellas se encargan de dejarme lista para la boda, mi vestido es el mismo que uso mamá el día de su boda, es un clásico de alta costura del Atelier Dior, ella era diseñadora para esa casa de modas y en su honor usare su vestido, como yo soy más pequeña que ella y un poco más delgada solo hubo que hacerle un pequeño retoque, el velo original media tres metros, para mi es demasiado así que opte por uno más simple, yo quería que se aprecie el vestido en su totalidad así que preferí dejarlo con un velo pequeño que cubra mis hombros y llegue hasta mis codos y este sujeto por una tirara de rosas blancas, y que mi peinado como tengo el cabello hasta la cintura sea recogido en una trenza francesa, para dejar al descubierto el bellísimo escote que tiene en la parte de atrás. Las mangas son largas porque todavía hace un poco de frio y la tela que cae es un raso francés que debajo lleva un tutu para darle vuelo, la cintura tiene un corte que da el aspecto de un cinturón grueso hecho de perlas y el mismo diseño lo tiene todo el borde en la parte de abajo de la falda, es hermoso y siento que al usarlo mi madre está acompañándome en este momento tan especial.
-- Lista Robín, estas hermosa. Tía Nancy estaría tan orgullosa de tí-- me dice mi prima Jenny,
-- Gracias Jenny. Si estoy lista-- la abrazo y una lágrima se asoma por mi ojo cuando una de las personas responsables del maquillaje nos llama la atención,
-- Señoritas por favor, manténganse tranquilas. Siempre son las mismas novias las que sabotean nuestro trabajo-- nos dice y se acerca a revisar que todo esté bien,
-- No se preocupe, señorita. Le prometo que me controlare-- le digo y le sonrió a mi prima, estoy lista para salir rumbo al altar, todo mi equipaje está en el auto que me llevara, después de la boda nos oremos directo al aeropuerto, decidimos no tener luna de miel porque tendríamos muchos gastos en la capital, Marcus tuvo que alquilar un nuevo departamento y comprar un auto, así que en lugar de obsequios abrimos un pandero, eso quiere decir que todos nuestros familiares y amigos nos darían como regalo efectivo y con ellos nos ayudarían y nosotros compraríamos las cosas que necesitaríamos, en lugar que tener que trasladar todos los regalos físicamente, esa idea de Marcus me pareció genial. Así que salí con mi bolso y mi teléfono, el automóvil ya estaba esperándome, era una limosina negra decorada con flores blancas en las cuatro puertas, Jenny me ayudo a subir, ella se adelantó a la iglesia para ver que todo este arreglado y yo daría algunas vueltas antes de llegar, por fin el día esperado había llegado y yo era la más feliz.
Estoy en la limosina y me siento súper emocionada, por dentro es enorme hasta hay un mini bar y todo, estamos temprano así que cierro mis ojos tratando de relajarme un poco, pero recuerdos de lo ocurrido anoche comienzan a llegar a mi mente, en realidad no sé cómo llamarlos, no tengo imágenes claras en mi mente, solo susurros, sensaciones y… no quiero recordar nada. Abro los ojos de golpe y veo una botella de licor a mi lado, la cojo y tomo un sorbo directamente de la botella, para calmarme un poco, miro por la ventana y reconozco la calle por la que estamos pasando, ya casi llegamos a la iglesia, dejo la botella en su sitio y me arreglo el vestido, la limosina se detiene y espero que Jenny me de la señal para que salga, muero porque Marcus me vea, sé que estoy hermosa y sé que entenderá lo que me paso cuando se lo diga.
Miro el reloj que hay adentro y ya es la hora, por qué Jenny no viene, qué está pasando, me asomo por la ventana polarizada y puedo verla hablando por teléfono.