La ráfaga del temible fusil de asalto Kalashnikov conocido como AK 47 había sorprendido y aterrorizado a Huacmán y Marcelo, quienes oyeron los peligrosos rebotes de las balas sobre la dura pared de roca, pero en definitiva fue ineficaz, debido a que el hombre que la había efectuado, uno de los cómplices de Rangel, había sido igualmente sorprendido por la presencia de aquellos en la pequeña planicie. Marcelo extrajo su r******r y efectuó un disparo al azar. El forajido que les había d*********o cayó pesadamente en tierra, alcanzado fortuitamente por el disparo, y comenzó a reptar por tierra para salir de la línea de fuego. Otros irregulares comenzaron a efectuar disparos desde detrás de los árboles, pero evidentemente su visual de tiro era restringida por el follaje. Con el corazón en la b