Ser testigo de ese papel con el nombre de mi madre me arrastró inmediatamente al pasado que prefería dejar enterrado. Mi padre fue mi redentor, sacándome de un pasado tumultuoso, y no tenía intención de volver atrás.
La sorpresa surgió al darme cuenta de que mi familia estaba más profundamente ligada a Adriano de lo que jamás había imaginado. Pero mi padre nunca me había informado de estas conexiones. ¿Por qué mi madre nunca me contó lo que mi padre estaba haciendo? ¿Por qué decidió mantenerlo en secreto? Tal vez Adriano tenía razón, quizás era mejor que los niños no conocieran las maquinaciones de sus padres. Esto significaba que gran parte de mi infancia fue normal, a excepción de perder a mi madre en circunstancias trágicas y devastadoras.
Me sentía culpable por lo que había sucedido.
